"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

lunes, 30 de noviembre de 2009

CUANDO EL HOMBRE DEJA DE SER HOMBRE


“Tú, ¿por qué pegas? Para ya. Ella se merece todo tú respeto, cuídala. 25 de noviembre, ‘Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres’. A la primera llámanos”. Éste es el nuevo anuncio que desde hace unos días decora las paradas de la ciudad en la que vivo.

No sé porqué te lo cuento. Confío en que, tú que me lees, no te encuentras entre los inhumanos que maltratan a la persona que vive contigo. No es ideología de género, como lo tildan desde algunos sectores de la extrema derecha, es que la violencia que sufren las mujeres por parte de sus parejas constituye la primera causa de mortalidad en el mundo para este género.

Me habría gustado escribir el día 25 de noviembre sobre esta lacra, sin embargo, desde hace una semana ando ocupado en algo que si todo va bien prometo contar en el blog con detalles. También prometo no descuidar esta bitácora, pase lo que pase, porque sé que hay la suficiente gente que me sigue y porque con que tú me leas ya tengo un motivo para no descuidar este camino que empecé el 3 de octubre.

Volviendo al tema que me ocupa, sé que hoy es un buen día para hablar de violencia sexista, ojalá algún día nadie denuncie la situación de millones de novias y esposas en el mundo, porque no haga falta. Sin embargo, mientras escribo estos garabatos en mi libreta, hay muchas mujeres, de todas las edades, atenazadas por el miedo de pensar que el hombre al que un día amaron está a punto de llegar a casa.

No hay derecho a que una actitud asquerosamente posesiva se convierta en motivo de desdicha para millones de mujeres en el planeta, una forma de ser que destruye familias, vidas y sueños. Tampoco hay derecho a que en muchos lugares del mundo las agresiones de los hombres a sus parejas no sean castigadas porque se toman como asuntos privados. Pero si algo es inconcebible es que en España, en el siglo XXI torturar a tu mujer bajo los efectos del alcohol o de cualquier otra droga sea un atenuante, en lugar de un agravante.

Otra incongruencia, que se me ocurre a bote pronto, es que sea la víctima la que tenga que llevar la pulsera con el localizador en vez de ser el agresor, que además debería llevar una muñequera bien grande para que todo el que lo vea sepa que tipo de hombre es. Tampoco es lógico que se permitan continuamente las órdenes de alejamiento, o que un hombre que es denunciado por su pareja pase una noche en el calabozo y al día siguiente vuelva a la misma cama de la persona que lo metió entre rejas.

No me gusta la figura de la ministra de igualdad. Sin embargo, estoy de acuerdo con la apreciación que decía con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia que sufren las Mujeres’: “hay que evitar el maltrato desde su germen”. Desde el maldito momento en que se falta al respeto por primera vez, aquel instante en que alguien empieza a creer que su pareja es como una más de sus posesiones.

Puede que algún día vivamos en un mundo en el que los hogares estén llenos de amor y de confianza en nosotros y en la gente que nos rodea; hasta entonces sólo puedo pedir leyes eficaces, educación desde la niñez y que en la medida de lo posible hagamos ver a los que nos rodean que las personas tienen derecho a la libertad, a la dignidad y a ser dueña de sus decisiones. Como dice el personaje de Pérdidos Jack Shephard, ante cuarenta desconocidos: “si no podemos vivir juntos, moriremos solos”.

martes, 24 de noviembre de 2009

GENERACIÓN Y DESGENERACIÓN


Hoy me venía a la cabeza que el Gobierno, con buen criterio, quiere cambiar el modelo productivo de España porque ya está bien de basar el crecimiento sólo en los ladrillos. Cómo todos sabemos, en el nuevo cuento de los tres cerditos, en vez de construir una casa, el cochino listo fábrica una central nuclear, que el marrano más sabio de los tres va y se la cierra (no quiero meterme en debates nucleares porque puedo defender las dos opiniones y ganar un debate de mi postura contra mi postura contraria).

Asumo que el crecimiento no se puede conseguir construyendo casas, porque ¡ay de nosotros! cuando todos tengamos piso en la ciudad, adosado en la playa y chalet en la montaña. Las casitas sobrantes tendremos que comérnoslas con patatas, o pintarlas de verde para que parezcan arbolitos. Sin embargo, me da la impresión de que las generaciones (degeneraciones) venideras -entre las que me incluyo- no están del todo preparadas para la investigación ni para la construcción de centrales hidráulicas.

Pues sí, estoy en plan pesimista. Esta mañana cuando pasaba por el parque Eva Perón he visto a dos niños de unos 12 años jugando, y si usted ha llegado hasta aquí, se preguntará qué es lo que tiene de malo jugar. El caso es que estaban jugando a boxear (con sus guantes y todo), aunque realmente uno boxeaba y el otro hacia de saco (hay que ver como encajaba). Y a próposito he pensado en nuestros tiempos en los que nadie grababa peleas con el móvil (más que nada porque nadie tenía celular) y así hemos salido todos ingenieros y periodistas... Todos sin trabajo, claro.

Quería ponerme un poco más riguroso y no lo he conseguido. Lo cierto, es que creo que si queremos cambiar el modelo productivo hay que empezar a cambiar el sistema educativo español. Empezando por procurar que los padres puedan estar con sus hijos (esa es la reforma laboral de la que nadie habla), siguiendo por no permitir que los niños 'pasen de maleta' y continuando por unas universidades que estén en primera línea del panorama internacional con profesores serios y honestos y alumnos que aprovechen tan magníficos profesionales.

El viernes, después del Consejo de Ministros, el Ejecutivo presentará la Ley de Economía Sostenible. No creo que entre las medidas que se adopten esté la de conseguir que los niños de 12 años hablen, jueguen pacíficamente entre ellos y que además sean acompañados a sus casas por los padres para compartir una conversación interesante que enriquezca al niño y al adulto.

Al paso que vamos, y lo llevan diciendo desde hace muchos años (a mi ya me lo decían), mejor (o no) que nos conformemos con que los niños que ahora se pegan puñetazos sepan poner ladrillos. El camino largo es muy complejo y requiere la implicación de todos. ¿Te apunta? O vas a esperar a que la Ley de Economía Sostenible te saque las castañas del fuego.

domingo, 22 de noviembre de 2009

AL VECINO QUE NO SUPE CONOCER

Esta vez le toca el turno a otros dos hermanos. Casi nadie sabe quiénes son. De hecho, yo a uno de ellos creía que nunca le había conocido. Sólo sé lo que me contaron de él. Al parecer, era un hombre que quería vivir deprisa y caminaba al ritmo de lo que algunos consideran la marcha de la legión. El lunes murió, porque a veces esta sociedad te hace sentir solo y desdichado.

Hasta hoy no me ha llegado la noticia de su suicidio. A través de un mensaje, escrito con prisa, que llega a las 6.45 de la mañana, acompañado de la llamada de un amigo que te avisa de que hoy en la portería no va a ser una tarde normal y un cartel que al llegar a tu puesto de trabajo te saluda agradeciendo el apoyo que ha recibido la familia después del trágico suceso.

Acaba de pasar su familia en bloque, dos niños me han parecido que jugaban ajenos a lo que significa que un ser querido se pegue un tiro en la cabeza. Sin embargo, al que buscaba con la mirada era a ti, era con el que tenía algo más de relación. Me acabo de dar cuenta de que te confundía con tu hermano hasta el punto de que hoy ha sido cuando me he dado cuenta de la diferencia que había entre ambos. Sé que nunca leerás este texto, pero que sepas que te entiendo porque sé lo que es querer a un hermano.

No sabía que decirte. Te he visto relativamente entero. Creo que he balbuceado unas condolencias y tu me has dado las gracias y me has tendido la mano. Me has preguntado si había cartas, yo ya visto que tenías tres y había pensado dártelas, pero cuando te he visto se me ha olvidado por completo, por lo que me he disculpado.

Te las he dado y en el breve periodo que ha tardado mi mano en atravesar la ventanilla para tenderte la correspondencia me has dicho una frase que me ha llegado más adentro del alma. “No te preocupes, es por si hay algo para mi hermano”.

La deontología del periodismo dice que no debes contar los suicidios porque puedes provocar el efecto contagio. Sin embargo, creo que hoy debo hablar del vecino al que no conocí. Era una persona que tenía una buena familia, recuerdos y puede que algunos sueños. Tal vez, entre todos, con pocos gestos, hubiéramos conseguido que la vida no hubiera podido con él. Ahora mismo una vecina me ha dicho: “espero que esto sirva para que seamos más amables los unos con los otros”.

Seguramente le hablé alguna vez, o quizás fue a su hermano. No lo sé. Antes no os distinguía. Pero cuando has dicho esa frase “es por si hay algo para mi hermano”, he estado apunto de echarme a llorar. Me he emocionado porque supongo que tú todavía le sientes ahí, y me he puesto en tu lugar. Esperas que cualquier día te llame y quizás te diga que porqué no vais a tomar una copa juntos. El tiempo te ayudará a olvidar el vacío, aunque nunca será como antes.

Quizás nunca más le lleguen cartas, pero ojalá que donde quiera que esté se encuentre más a gusto y empiece a disfrutar una vida que le consumió demasiado deprisa. Ojalá, este texto sirva para que los que me leen se empiecen a preocupar un poco más por los que nos rodean. A veces, un minuto de nuestra vida significa alargar la de los demás. Descanse en paz el vecino al que no supe conocer.

viernes, 20 de noviembre de 2009

20-N. UN ANIVERSARIO MUY HONROSO


‘No sé qué especie de especial veneno tienes” que te sigo escuchando, a pesar de que han pasado diez años y diez días desde que cantasteis a la raja de la falda por la que os “comisteis el parachoques de un Seat Panda”. Hoy es 20 N y la banda sonora de mi vida cumple diez años y diez días. Porque en este “mundo subrreal falta imaginación”, arriemos su enseña y recordemos “la luna y las estrellas -y las morenas- son su bandera”...

Sus canciones –como dicen ellos- son historietas cantadas en primera persona de las que ellos no son siempre los personajes principales. Sin embargo, y a pesar de ser letras originales (lejos de cursilerías baratas de un amor más que trillado), tienen la cualidad de hacernos sentir protagonistas. ¿No os habéis mirado alguna vez en el espejo de un ascensor y habéis pensado “que cara, que estúpida expresión, menos mal que ya no estás tú”...

O puede que una madrugada, después de “un paseo hacia ningún lugar”, os hayáis batido en retirada, muy temprano, una noche de esas en las que te sientes solo y en la que no encuentras tu sitio y habéis cantado “y me cojo un taxi, sólo son las dos y diez, en la radio sólo suena música en inglés” (...) “arranque y no pregunte usted, sólo lléveme a ninguna parte”.

No sé vosotros, pero yo generalmente esta canción la suelo encadenar con “necesito medicación, porque estoy siempre en el desierto, no me molestan las dunas...” el resultado es que me vengo arriba cuando sigo recitando y llegó a la parte que dice “...ahora sé que el que lucha y huye, en condiciones normales, nunca pierde la cabeza, y puede luchar otro día, escapar de la tristeza, sin que se entere la policía....” A continuación, puede venir algo así como “porque las penas con rumba son menos penas, morena”. Con lo que me voy a casa más contento que unas castañuelas y calado hasta los huesos de la lluvia torrencial que he ocasionado con mi ‘bel’ canto.

Estopa habla de lo que pasa en la calle con el lenguaje de la calle, con el mérito de no ser excesivamente vulgares. Por eso, cuando están en la fábrica poniendo “pastillas de freno” y les da igual “si llueve o nieva”, en vez de decir “me la suda” dicen “me la pela” que, como dice David, “es como más mejor se puede decir”. Además, tienen la delicadeza de sustituir las “tetas despampanantes de la rubia potente” -con la que sueñan en el casino del primer disco- por “los pechos” que siempre es algo más suave.

Pero si algo valoro de Estopa es que son lo que dicen que son. Pertenecen a la filosofía de gente que “ha nasido pa la alegría”, que siempre se está riendo, pero que tienen un respeto absoluto por sus seguidores. Este hecho, lo demuestran en todas las giras durante las cuales cuidan sus voces y no salen de juerga. También lo certifican en que, si hace falta, están dos horas más firmando discos para que nadie se vaya con cara de tonto y con la carátula sin garabatear. Son artistas, pero sobre todo son personas simpáticas.

A pesar de cantar “no quiero verla más, que no que no, quiero verla más” en su vida privada son fieles. Llevan un montón de tiempo con sus novias/mujeres a las que nadie conoce y no han aprovechado el tirón que tienen entre las chicas para aparecer en las páginas rosas. Además, son hermanos que no tienen ningún problema en reconocer en público el cariño y admiración que se profesan y forman un tándem de complicidad que sólo podemos entender los que tenemos hermanos que también son nuestros amigos.

Cierro este artículo con una frase que es suya y de la que son activistas: “El optimismo ni se crea ni se destruye, se transmite”. Por estos diez años y diez días de optimismo ¡Vivan los hermanos Muñoz! De otros aniversarios y de otros vítores, “ya no me acuerdo” (si sus ojos eran marrones o negros), huelen a naftalina. A la gente a la que le da pavor pensar, decidir por si mismos y tienen miedo a la democracia, les digo, como afirman ellos, “que no, que no, que no, que así no se puede (podía) vivir”.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

MASTURBARSE EN EXTREMADURA


‘Pajas mentales’ es lo que nos hemos estado haciendo muchos desde que algún medio de comunicación afirmó que la Junta de Extremadura había invertido 14.000 euros en ensañar a los jóvenes de esta comunidad a masturbarse. Esto no sólo es una mentira descuidada (o interesada) sino que además deja de lado dos índices clave a tener en cuenta cuando se diseña una campaña de educación sexual: los contagios de Sida y el número de abortos.

Resulta que en lo que ha invertido esta suma de dinero el gobierno extremeño es en una campaña de educación sexual en su conjunto (no sólo de masturbación) a la que se ha llamado “El placer está en tus manos”. Los eslóganes son juegos de palabras que no tienen porqué ser una descripción minuciosa de a qué se va a destinar una determinada partida del presupuesto.

Más allá de frases mal interpretables, el Gobierno de Extremadura lleva 15 años haciendo estas campañas de educación sexual con muy buenos resultados. Este matiz final no es baladí, es algo muy objetivo, ya que la comunidad gobernada por los socialistas es la segunda con menor índice de contagio de Sida.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística de 2008, por cada millón de habitantes, en Extremadura contrajeron el VIH 3,7 personas. La región en la que se produjo más índice de contagio fue en las Islas Baleares (35,2 personas por cada millón de habitantes), seguida de Murcia (34,7), Ceuta (28,1) y Navarra (26,7). En el otro lado de la tabla, destacan Cantabria (3,6 personas por cada millón de habitantes), la ya mencionada Extremadura, Asturias (6,7) y Castilla y León (8,1)

Otro de los logros que se consigue con una buena educación sexual es reducir el número de abortos. Pues bien, Extremadura (con 6,11 abortos por cada mil mujeres) es la tercera comunidad en la que menos interrupciones voluntarias de embarazo se realizaron en 2008. En segunda posición, ‘curiosamente’, Cantabria (6,09), sólo superada por Galicia (3,53) como la región con menos número de abortos de 2008. En este baremo, hay que destacar el buen comportamiento de Ceuta y Melilla (3,26).

Por contra, las comunidades en las que se practicaron más abortos fueron Murcia, con 16,59 abortos por cada mil mujeres, Cataluña (16,49) y Madrid (15,79). La media nacional es de 11,78 abortos por cada mil mujeres. Estos datos indican que en lugares como Murcia (segunda en Sida y primera en aborto) sería muy necesaria una educación sexual como la que se imparte en Extremadura o en Cantabria.

No les puedo engañar, yo fui de aquellos que me alcé en argumentos contra la supuesta enseñanza de cómo masturbarse. Después de saber en que consiste la campaña y buscar los datos que les he brindado, sólo quiero pedirles que reflexionen.

Por mi parte, me gustaría pedir a los profesionales de la comunicación que empiecen a desechar aquel tópico periodístico que dice: “no dejes que la verdad te estropee una buena noticia”. Es cierto que habría sido una información relevante que una administración tirara a la basura 14.000 euros en enseñar a sus jóvenes a tocarse, pero habría sido muy honesto que los que difundieron el bulo, antes de hacerlo, se hubieran informado más allá de eslóganes y de apariencias.

martes, 17 de noviembre de 2009

DEBES VACUNARTE


Ayer empezó la campaña de vacunación para prevenir el virus de la Gripe A. Sin embargo, la mayoría de los grupos de riesgo (enfermos crónicos, embarazadas, personal sanitario y de protección civil) han decidido hacer caso omiso a las recomendaciones de las autoridades sanitarias mundiales y de los colegios médicos profesionales. De hecho se estima que, a pesar de que algunos consideraban que las dosis iban a ser insuficientes, van a sobrar vacunas que se podrían destinar al mercado privado o a los países necesitados.

Supongo que será miedo a lo desconocido, pero es cierto que en la sociedad predomina el rechazo a la vacuna contra el virus H1N1. Hace un par de semanas, le pregunté a mi doctora de cabecera si ella se iba a inmunizar contra la Gripe A. Me dijo que no, por lo que le pregunté el motivo, sonrió y dijo “yo no la recomiendo”. Sin embargo, no me aclaró porqué.

Desde el principio, fui una de las personas que defendió que los que pudieran vacunarse deberían hacerlo, ya que se ha demostrado que esta nueva gripe es más virulenta que la que conocemos. Si con el virus de todos los años las personas a las que se les recomienda que se inmunicen lo hacen, no entiendo porqué con esta gripe no lo hacen.

Si el motivo del pasotismo es porque la vacuna es nueva, supongo que con esta actitud y teniendo en cuenta que todos los medicamentos alguna vez han sido nuevos, deberíamos seguir curando el dolor de cabeza haciendo trepanaciones de cráneo. Entiendo el rechazo que pueden ocasionar los remedios novedosos. Sin embargo, recuerdo que hace unos 13 años en el colegio nos vacunaron masivamente contra un tipo de meningitis y de allí nadie salió con tres brazos.

La población madura recuerda que hace unos 50 años la vacuna de la poleo causó graves efectos secundarios (mucha gente quedó con una pierna más corta que otra). Sin embargo, no hay que olvidar el tiempo que ha pasado entre la creación de ambos fármacos. En medio, ha habido grandes adelantos médicos, así como una mejora de los procedimientos en los laboratorios.

La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, decía ayer que en Suecia se han vacunado 1,5 millones de personas y que de ellas sólo 200 habían presentado síntomas adversos, todos ellos muy leves. Quizás estos datos empujen al personal sanitario hacia la vacunación. Si no miran por su propia salud, deberían considerar que pueden ser un foco de transmisión, algo que moralmente es inaceptable.

Se me viene a la cabeza una viñeta del ‘Roto’ que leí hace tiempo. Un farmacéutico decía: “después de tanta investigación, va a ser una simple gripe la que termine con la raza humana”. Sé que es una exageración, pero considero que si no se toman las medidas necesarias, y se empieza a confiar en las autoridades sanitarias, la Gripe A puede ocasionar más problemas de los que ya ha causado.

lunes, 16 de noviembre de 2009

UN ESPEJO DEMASIADO CÓNCAVO


La televisión ha sido considerada siempre como un espejo de la sociedad y viceversa. La sociedad movía la tele y la tele movía la sociedad. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, empiezo a negarme a asimilar que los desmanes de la televisión son efecto de la actitud de una sociedad, que si es así, se halla al borde de la putrefacción.

Y es aquí cuando he empezado a sospechar que este medio de comunicación le lleva la delantera, espero que en muchos años, a la sociedad. Mi enfado y divorcio con la pequeña pantalla comenzó hace algunos años, sin embargo, esta temporada ha superado los límites de lo (que yo considero) decente.

Este fin de semana no podía parar de darle vueltas a una cifra ¡un millón de euros! Esta cantidad es lo que va a cobrar Pilar Rubio por hacer el imbécil en tele 5. Me parece una burla a la profesión, un desprecio a tantos buenos periodistas que están en el paro o a tan excelentes profesionales que se juegan la vida y cobran una décima parte.

Desde la barra de un bar admito que alguien me diga, “joder, es que Pilar Rubio está muy buena, yo también la ficharía” Sin embargo, desde la seriedad que merece el tema, es vergonzoso que en los medios de comunicación te digan que no hacen mejores programas y que no contratan más periodistas porque no tienen dinero.

El fichaje de Pilar Rubio no es el único que ha hecho Tele 5 en los últimos tiempos, al de la “reportera” de ‘Se lo que hicisteis’ hay que añadir la adquisición de Sara Carbonero que también va a cobrar muchísimo dinero. ¿Y cuál es el mérito de estas dos chicas? Ser muy guapas y hacer recordar que el mito de la mujer-objeto no es algo que huele a naftalina, sino que es un hecho bien presente.

Pero si algo me reconcome es que una mujer como Violeta Santander se aproveche del estado en el que su querido novio dejó a Jesús Neira para lucrarse. Esta individua no sería nada si un hombre, al que ella desprecia continuamente, no hubiese estado apunto de perder la vida por defenderla.

Es indigno y asqueroso que haya medios que paguen a esta señora por inventarse historias en programas como ‘La Noria’ y ‘Sálvame Deluxe’. No sé hasta que punto llegará la sociedad, sólo espero que no traspase la frontera que ya ha superado la televisión en nombre del público (palabra que sólo utiliza en beneficio propio). Empiezo a creer que si la televisión es un espejo de la sociedad, lo es pero demasiado cóncavo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

TRAMPAS EN EL SUPERMERCADO


Todo el mundo sabe ciertas cosas. Hago esta aclaración porque uno de mis más asiduos y queridos lectores me acusaba ayer, mientras cenábamos, de que lo que ocurre en muchos gimnasios lo saben la mayoría de los mortales. En ésas, yo le saqué al señor Larra y sus artículos de costumbres en los que la mayoría de detalles que el autor reseña son un esbozo de la sociedad que están al alcance de cualquier persona que observe el mundo en el que vivimos.

El blog que escribo (no en el que escribo, ya que si no fuera por los artículos y vuestros comentarios no existiría) no pretende ser el reflejo de los textos de Larra en el siglo XXI, ya que la naturaleza -o Dios- no me dotó para hacer unos retratos tan perfectos como los que hacía Fígaro. Sin embargo, sí me gusta reivindicar la figura del periodista que cuenta de manera honesta lo que cree que pasa, y en eso creo que Don Mariano José es el mejor ejemplo que conozco.

Precisamente hoy quería hablar de honestidad, o para ser más sinceros de la deshonestidad que impera cada día más en algunos supermercados. Ya no se limitan a esconder los productos más baratos para que mientras los buscamos compremos otros artículos que no necesitamos, o a poner al lado de la línea de cajas todo tipo de chucherías para que los niños lleven por el camino de la amargura a sus padres.

La nueva trampa que hay en los supermercados, es la de esconder los precios. De forma que cuando llegas a la caja, con el desayuno de los sábados en las manos, te digan “son 2,24”. Y tú respondas: “perdone pero llevo unos zumos que cuestan 90 céntimos y unas barritas de cereales que valen 0,85, debería ser 1,75, en total”.

Y aunque generalmente suelo ceder, y pagó la diferencia, ayer me pilló con la necesidad de discutir con la cajera. Quería evitar cambiar un billete de 10 euros, ya que en monedas sólo llevaba dos euros. Así que, a pesar de que había cola, y algún cliente me miró con mala cara, pedí a la empleada que comprobara el precio de mis zumos que al parecer en vez de 0,90 valían 1,39.

Al rato, apareció una compañera de la cajera, y me informó de que los zumos que llevaba valían 1,39 pero que, en caso de llevarte dos paquetes, pagas 0,90 en la segunda unidad. Puedo asegurar a mis lectores que veo bien y que en ningún lado vi que pusiera otro precio que no fueran los 90 céntimos de marras. Ocurre que algunos supermercados, además de cargarnos de conservantes y antioxidantes, se dedican a jugar con los precios para que paguemos caro lo que en el momento de elegir un producto nos parece barato.

Desde mi sillín, aunque aparque la bici en la puerta del supermercado, pido a los consumidores que reclamen los 30, 40 ó 50 céntimos que pensamos que nos cobran de más por no poner el precio de los artículos de manera clara. Es la única forma de que se dignen en poner lo que cuesta cada producto de un modo que no genere confusiones.

Y como esto lo sabe todo el mundo, al igual que aquello de que en la estantería de los establecimientos ponen un precio y luego te cobran otro, y sólo quería desahogarme y evitar lo que cuesta un psicólogo, empecé el artículo de hoy con un pretexto tan desafortunado como el del primer párrafo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

OBSESIONADOS POR EL GIMNASIO


Este artículo que voy a escribir no intenta englobar el comportamiento de todas las personas que van a los gimnasios, ni siquiera a la mayoría (entre la que me incluyo), pero refleja varios hábitos de algunos personajes que acuden a las salas de musculación. Redacto este texto después de tener una discusión con un chaval bastante majo, pero que hoy me ha dado la impresión de que tenía un problema al que llaman vigorexia.

En el gimnasio suele haber dos tipos de personas: el ‘tirillas’ o el que está muy ‘mazado’, lo que hace ver que los cambios en los cuerpos no se producen de forma natural y progresiva. El debate de hoy lo he tenido con uno de los ‘mazados’. El chaval en cuestión se ha levantado la camiseta (cuadradísimo, súper definido, rozando el exceso de músculo pero todavía en la frontera de lo natural. Para que se hagan una imagen lo más parecido a Lobezno que he visto sin ser Hugh Jackman) y ha comentado que se veía más delgado y que tenía que seguir la dieta a rajatabla.

La dieta a la que se refería mi compañero de pesas es una de la que es esclavo para coger aún más músculo, por lo que le he espetado que me daba la impresión de que en vez de ir al gimnasio para vivir mejor, el vivía para ir al gimnasio. A lo que me ha respondido que yo llevaba poco tiempo yendo a entrenar (ocho meses) y que cuando pasara un tiempo querría más, que ya lo vería.

Esta conversación, que parece no tener importancia, es una más de las que se tiene habitualmente en un centro de musculación. Generalmente van acompañadas del tipo de proteínas que consumes (en mi caso, la de los alimentos) o el tipo de medicación que sigues para ponerte como un gorila (en mi caso, ninguna).

Sin ir más lejos, hace unos quince días, un chaval que no levanta un exceso de peso y que llevaba dos semanas yendo a entrenar me dijo que estaba tomando proteínas, queratina, óxido de no sé qué para dilatar las venas y unas cuantas cosas más, que no quise ni escuchar. Lo cierto, es que me da la impresión de que en un mes ha logrado lo que yo en ocho. La diferencia es meramente de salubridad, pero no de estética.

Precisamente hoy, un compañero del gimnasio comentaba de otro que si le sacudías la cartera a uno de los chicos que va por allí a hacer pesas sonaba como la botica de Santa Teresa de Calcuta, por la cantidad de tipos de pastillas que llevaba el individuo en el petate. Curiosamente el chaval de la ‘mochila-botica’ me dijo hace unas semanas que iba a entrenar con Carlos, al que tuvo la consideración de llamarle “farmacia ambulante” por la cantidad de sustancias que se había metido.

Sin ánimo de dar ningún tipo de lección, el gimnasio debe ser un lugar al que acudimos para mejorar nuestra fortaleza pero también nuestra salud (la física y la psicológica). Al final, el deporte es una metáfora más de la vida, si subes muy rápido -si en un mes consigues sin esfuerzo lo que otro consigue en ocho- es muy probable que igual que has subido vuelvas a bajar. Como dice Fito, “mentes enfermas en cuerpos muy sanos”. Y a veces ni eso.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

QUIERO VERTE CORRER


Hay algunas fechas en mi calendario que debería tener apuntadas. Por ejemplo, las de los cumpleaños de los mejores amigos –aunque ahora con las redes sociales ya no hace tanta falta- o el día en que los cicloturistas salimos desnudos a la calle para mostrar lo que sentimos cuando avanzamos por la calzada, rodeados de coche, sin un carril bici que nos ampare. Confieso que nunca he ido porque jamás me entero del día en el que se celebra la reivindicación, hasta que a la jornada siguiente veo las imágenes en los diarios y pienso “el próximo año no os fallo”.

Sin embargo, hay una fecha que no hace falta apuntar. Es ese día en el que 30.000 personas nos lanzamos como locos a correr 10 kilómetros bajo el beneplácito de San Silvestre y de Vallecas. Esa noche en la que después nos comemos las uvas y nos sentimos tan bien, tan sanos y algunos tan borrachos…

Hoy me ha llegado por correo electrónico el aviso de que ya están abiertas las inscripciones para la San Silvestre Vallecana. Si hacemos el trámite antes del 17 de noviembre, en vez de 20 euros pagaremos 3 euros menos. Además, es importante no rezagarse mucho porque dada la aceptación que tiene la carrera popular por excelencia es probable que nos quedemos sin poder participar.

El primer año que corrí (2008), con mi camiseta naranja, pensaba que después de las 12 de la noche iba a estar reventado y que no iba a poder disfrutar de la Nochevieja, sin embargo, es el año que más y mejor he aguantado por la noche. Algo que se repitió al año siguiente, aunque esta vez íbamos de verde.

Otro prejuicio que tenía era que debía estar muy bien entrenado para aguantar los 10.000 metros que separan el Bernabeu del campo del Rayo, una idea que se vio apartada de mi cabeza cuando me di cuenta de que estar rodeado de tanta gente que te empuja a correr y los ánimos del público, apostado a ambos lados de la carretera, te lleva en volandas. De hecho, podría haber disputado algunos kilómetros con semejante motivación.

Así que ya sabes, si quieres, a partir de hoy ya puedes inscribirte en la planta de deportes del Corte Inglés, en la tienda oficial de Nike (Gran Vía, 38), en las tiendas Bikila (Avenida Donostiarra 2 y Fray Luis de León, 9. (Leganés), en Marathínez (Herminio Puertas, 3) o en Runnersworld (Martín de los Heros, 65).

Quiero que vayas, lector. Quiero que corras y sientas lo que yo llevo sintiendo en los dos últimos años. Quiero ver tu gesto de complicidad cuando nos crucemos por la calle los dos con la misma camiseta (Dios sabe de qué color será este año). Y si por lo que sea no puedes o no quieres correr, recuerda que el 1 de enero tienes una cita conmigo en ‘Desde mi sillín’. Te contaré mi experiencia y mis sensaciones, a ver si te animo para que el próximo año la corramos todos juntos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

EL NÓBEL DE OBAMA (Hoy se cumplen 20 años de la caída del Muro de Berlín)


Cuando le dieron el Premio Nóbel de la paz a Barack Obama lo primero que pensé es que era injusto y que el señor del ‘Yes, we can’ se había convertido en un invento más de la industria de Hollywood en el que el niño afro alcanza el sueño americano. Sin embargo, a medida que han pasado las semanas me he dado cuenta de que el Nóbel de Obama es de los más justos de los últimos años, lo que tampoco es mucho decir.

Hoy se cumplen 20 años de la caída del Muro de Berlín, algo que en 1989 fue muy celebrado en todo el mundo occidental y oriental. En cambio, no se festeja tanto la existencia de aquellos personajes que logran evitar que se levanten muros de división, así como la presencia de esos hombres que luchan por abolir las barreras invisibles. Barack Obama pertenece a esas dos clases.

El presidente de Estados Unidos ha intentado acercar el mundo occidental al árabe, ha creado bellos discursos en los que la paz era la protagonista, ha terminado con la farsa del escudo antimisiles y además está luchando por derribar el muro más grande que existe desde que el hombre es hombre: la división entre pobres y ricos en cuestiones tan deleznables como que el que tiene dinero tiene acceso a la sanidad y el que no se puede morir de una simple gripe (B o C).

En anteriores ediciones, el Nóbel de la Paz se lo dieron a personajes que lo único que habían hecho era reunirse para hablar de una posible paz entre Israelíes y palestinos y que además no consiguieron ningún avance (Yasir Arafat, Simon Peres, Isaac Rabin, entre otros), algo que también ha hecho Obama por lo que ya sería merecedor del premio, según los jurados de otras ediciones

Otro logro de este ‘prestidigitador’ es conseguir demostrar que el mundo no es ‘antiyankee’, sino que repele comportamientos como el George W Bush. Este hecho también supone derribar otro muro: el de la hipocresía de la gente que no crítica algunos comportamientos de la primera potencia del mundo por miedo a que le llamen ‘antiamericano’.

Hoy se celebra, en todo el mundo, que hace 20 años que cayó el Muro de Berlín. Para que dentro de 50 años no haya que celebrar el 20º aniversario de la caída de otro muro, (a pesar de que todavía quedan unos cuantos) hacen falta más personajes como el Nóbel de la Paz, Barack Husein Obama. ‘Yes, we can’ evitar la construcción de más muros.

sábado, 7 de noviembre de 2009

MI RADIO Y TU ESCALERA


Parece que el destino a veces te une a la espera y al conjunto de peldaños que conforman una escalera. Este puente voy a pasar 25 horas en una escalera y ayer estuve 4 horas en otra. Desde una escalera ves pocas cosas, así que la mayoría de experiencias son auditivas. Respecto a la compañía destaca la del ordenador, pero sobre todo la radio.

Una puerta que se cierra por el viento, alguien que da la impresión de que baja, y que sin embargo nunca llega, algunos coches que parece que se resisten a pasar, y al final pasan, pero sobre todo, la radio son los sonidos que acechan y acompañan cuando esperas sentado en unos peldaños.

Cuando más acompaña la radio es cuando estás sólo. Y en tu escalera lo único que suele haber es soledad, así que el ‘loro’ aquí, desde donde escribo, desde donde espero, es mi mejor amiga. Y si la espera se produce de madrugada la radio se vuelve imprescindible y lo que escuchas se torna más interesante.

Ayer de madrugada en mi radio, escuche varias historias: La mujer de Gaizka pedía a los políticos que se unieran y que España devolviera a los dos piratas para conseguir que su marido y los otros 35 tripulantes del Alakrana volvieran a casa. Además, una chica se confesaba adicta a mandar sms a los programas de televisión y la gente le recomendaba que guardara el móvil en un cajón.

Las nuevas tecnología también le jugaban una mala pasada a una señora de 45 años que había recibido 116 mensajes con contenido erótico porque al parecer una mujer que anunciaba su cuerpo en un programa de televisión se había equivocado y había puesto el número de teléfono de esta señora de 45 años.

Pero la historia que más me alarmó fue la de un hombre que había pasado tres años en un corredor de la muerte en Estados Unidos por un doble crimen que al parecer no había cometido. No me llamó la atención la descripción de la celda (pequeña, fría, calurosa, húmeda, sucia...) ni que los guardias pegarán a los presos por cualquier motivo, ni tan siquiera que considerada a los demás presos como parte de su familia.

Lo que más me indignó es que este hombre fuera condenado a muerte sin pruebas y sólo por un supuesto reconocimiento visual. El reo que había pasado tres años en el corredor tenía miedo a las bombillas porque las asociaba a la silla eléctrica. Yo, sin llegar a ese extremo, tengo miedo a las escaleras sin radio, en las que mis 29 horas pasan a ritmo de 29 días y en las que las noches se hacen eternas.

viernes, 6 de noviembre de 2009

YA ESTÁ BIEN


Hoy toca volver a hablar del Alakrana y es que empiezo a estar harto de aquellos tertulianos a los que se les llena la boca de hablar de operaciones militares para liberar a nuestros marineros. De hecho, algunos se creen que atacar un barco lleno de rehenes y de piratas es tan sencillo como jugar con el Fuerte de Playmobil (si no que se lo digan a Putin y a los 800 rehenes del teatro atrapados por los chechenos).

Desde aquí, sentado con un teclado en las manos, es muy sencillo tomar decisiones. Sin embargo, el camino que se tome a partir de este momento sólo será bueno si se consigue la libertad de los 36 pesqueros que permanecen presos. Me da igual si nos consideran un Estado flojo si a cambio conseguimos que éstos trabajadores vuelvan a sus hogares y a los brazos de sus mujeres.

Por eso, desde mi sillín quiero apoyar cualquier medida que se adopte con este fin, sea legal o ilegal. Ya está bien de remilgamientos de Estado de derecho. No voy a establecer las pautas porque no soy ni ministro ni capitán araña del ejército. Sólo quiero pedir un poco de serenidad para que los que están negociando en nombre de España puedan hacerlo con la tranquilidad y con la ‘única’ presión de tener en sus manos 32 vidas.

Ya está bien, de hablar de una situación tan complicada como si fuera una partida de parchís, cómodos en nuestros sofás, con un micrófono delante y un vaso de vino en la mesa, sin tener que tomar ninguna decisión, arreglando el mundo desde el bar o desde la radio.

Ya está bien de que algunos hipócritas estén deseando que ocurra cualquier desgracia (entre las que incluyo alguna ejecución por parte de los piratas) para cargar las tintas contra los miembros (a veces bastante inoperantes) del Gobierno de España. Por último, ya está bien de lanzar a nuestros pescadores a la muerte sin ninguna protección, porque somos tan chulos que pagamos los rescates hasta el último céntimo. Ya está bien de vociferantes y de inútiles.

jueves, 5 de noviembre de 2009

IDIOTAS


Desde hace años, quizás desde que el primer hombre empezó a dar patadas a un balón, toda persona que se precie de intentar arreglar el mundo se ha quejado de que los futbolistas cobraban mucho. Mire por donde que no es sólo que los profesionales del balompié reciben demasiados emolumentos, sino que un deportista extranjero, hasta ahora, cobraba más que un español por el hecho de haber nacido fuera, por mucho que la Constitución de 1978 asegura que todos somos iguales.

En éstas, el equipo económico de Zapatero andaba buscando con un candil de donde podía aumentar la recaudación (teniendo en cuenta que ya ha subido el IVA, que de sangrarnos por la recogida de basura se encarga Gallardón y que cobrar por respirar está feo) y se dio cuenta de que Beckham además de ser un rubio que todavía da patadas a un balón, es un personaje que da ‘nombre’ a una ley por la cual si tú eres extranjero y cobras más de 600.000 euros tributas un 24%, mientras que en igualdad de circunstancias si eres español das el 43% de tu sueldo a las arcas de la seguridad social.

Entonces, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, en compañía de IU, de BNGA y de ERC (hacia falta que hubiera mucha cabeza pensante) decide que hay que igualar la presión fiscal de los extranjeros a los españoles. Hasta aquí todo bien. Es lógico que el que más tiene más paga, sea de Albacete o de Somalia.

Sin embargo, poco han tardado las pirañas criticonas en censurar una medida que nos favorece a todos y que además es justa con los deportistas españoles y con los trabajadores que viven en nuestro país que ven como cada mes tienen que aportar un gran porcentaje de su sueldo para llenar las arcas del Estado, mientras que los CR9 y los Messis sólo aportan algunas suculentas migajas.

Con esta nueva ley, todos van a tributar como Dios manda (que es todos por igual) y si las grandes figuras mundiales quieren venir a jugar al fútbol a España que lo hagan por el clima o por el jamón (no les vamos a pedir amor por los colores, faltaría más). Si sólo van a venir a nuestro país para pagar menos impuestos que vivan en Suiza (como Fernando Alonso) o en las Islas Caimán (que hay una liga de altos vuelos).

Por último, para aquellos que se llevan quejando toda la vida de que los futbolistas cobran mucho y que ahora critican esta medida del Gobierno, sólo porque es una decisión del Ejecutivo de Zapatero (y porque ea ea ea la liga se cabrea), para ellos sólo tengo la palabra que da título a este artículo.

martes, 3 de noviembre de 2009

NO ES EXCUSA


Este domingo leí en ‘El País’ la defensa a ultranza que hace el escritor y filósofo francés Bernard-Henri Lévy de porqué Roman Polanski debería estar fuera de la cárcel. Me sorprende que la única argumentación de peso que hace sea que hay gente que es muy mala y que no cumple la condena. Han pasado 32 años desde que el director cometió el delito, pero creo que algún día tenía que cumplir su pena. ¿O es que lo vamos a dejar todo en manos de la justicia divina?

En su artículo, Levy afirma que “es vergonzoso que en un país en el que –lo mismo que en Europa- se puede asesinar a una anciana, torturar al prójimo, mutilarlo.... sabiendo que el crimen prescribirá al cabo de 10 ó 15 años, todo el mundo haga como si este otro crimen, el de Polanski, conllevase una imprescriptibilidad de facto”.

Quizás el problema sea que algunos crímenes prescriban y no que un individuo que violó en su día a una niña de 13 años, después de sedarla, pueda irse de rositas porque ha cumplido 76 años y ya ha pasado mucho tiempo desde que cometió semejante atrocidad.

El escritor francés, en su texto, también dice que no conoce a nadie que se le juzgue después de 32 años, yo tampoco. No sé si existirá o no, pero sí tengo claro que si el actor del delito no es una personalidad pública difícilmente saldrá a la luz.

Según Levy: “Es vergonzoso que no sea posible, cuando se habla de esa vida, evocar su infancia en el gueto, la muerte de la madre en Auschwitz, la muerte de su joven esposa destripada junto al niño que esperaba, sin que los charlatanes de la nueva justicia popular clamen contra un supuesto chantaje”.

Desde mi sillín defiendo que las injusticias sufridas deberían ser un acicate para ser mejor persona y no hacer sufrir más a los que nos rodean. El haber recibido daños debe ser un mayor motivo para ser mejor persona. En definitiva, para ser más pianista y menos Polanski.

lunes, 2 de noviembre de 2009

DÍA DE LOS DIFUNTOS DE 2009. ‘EL CICLISTA’ EN EL CEMENTERIO


Hoy hace justo 173 años que Larra escribía un artículo de igual título que el mío, pero cambiando el año (1836) y el nombre ‘El ciclista’ por su pseudónimo (Fígaro). En él, Mariano (que no Rajoy) reflejaba la curiosa paradoja de que los hombres fueran a llevar flores al cementerio en memoria de sus muertos, cuando éstos estaban más vivos que aquellos que les llevaban flores. Larra afirmaba que todo Madrid era un cementerio e iba contando lo que ponía en las lápidas que sólo él veía.

A pesar de la cantidad de años que han pasado, hay cosas que no han sufrido cambios. Quizás, el cementerio se ha extendido a toda la geografía española como consecuencia de la descentralización (necesaria) de las administraciones. A ello hay que añadir que el cementerio de Madrid cada vez es más grande y que cada vez alberga más ánimas, que ni siquiera los avezados jugadores de ‘qui ja’ saben a donde van a reposar.

Emulando al mejor periodista español del siglo XIX, veo varias lápidas con sus respectivos epitafios. La que más me sorprende, en estos días de corrupción sin discreción, es la de los que se quejan de que entran al juzgado esposados. La vergüenza ha muerto. No les preocupa que les pillen robando pero si que les vean los medios de comunicación con las manos encadenadas. Una buena frase para la sepultura podía ser: “descanse en paz la vergüenza ya que los muertos no se sonrojan...”

La democracia también ha muerto. Miremos Afganistán. La cantidad de personas inocentes que han fallecido desde que los occidentales metimos las manos en el país asiático. Resultado: Karzai, que no es mucho mejor que lo que había antes de la llegada de Bush, gana las elecciones sin oponente.

Su único rival, Abdulá Abdulá, se retiró ayer antes de la segunda vuelta electoral porque no hay garantías de que no se produzca un pucherazo. Y nosotros, dignos demócratas, ¿qué decimos? ¡Hurra por Karzai! Unas segundas elecciones habrían traído más violencia. “Hemos matado por democracia, ¿y ahora va a ser la democracia la que nos mate a nosotros? Muerte a la democracia....”

Sigo paseando por mi cementerio particular, me encuentro una tumba en la que yace la lealtad, otra en la que pace el desinterés, cerca me encuentro el sepulto de la buena política (alguien talla en la lápida, “había demasiado dinero y la carne es débil...”). Más allá; detrás de unos cipreses con una pancarta que reza "los árboles estamos condenados a morir, viva el ladrillo", me encuentro el entierro de San José Obrero, los que le oyeron, dicen que antes de palmarla murmuró “no puedo con tanto parado y tanto inútil en los sindicatos”.

Hoy es 2 de noviembre, Día de los difuntos, pronto será el Día de San Valentín. Quizás hoy ame, puede que el 14 de febrero estire la pata. El calendario es muy caprichoso, el destino que no existe, también. Larra vive, yo con él.