"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

viernes, 30 de octubre de 2009

MORIR EN LAS NAVAS


Una bicicleta con un cuadro demasiado pesado aderezado con unas ruedas muy anchas no son la mejor compañía para subir un puerto como el Monte Abantos. Si a ello le añadimos un amigo al que “le gusta sufrir en la bici” y que cuando pregunta a alguien cuál es el camino más duro lo hace para coger ese sendero, el resultado es que cada pedalada que das para continuar la ascensión es una prueba de que eres capaz de luchar por cada bocanada de aire y por cada paso que des en la vida.

La idea era coger el tren hasta el Escorial y desde ahí, pedalada a pedalada, llegar en bicicleta a Ávila. Nada más bajar del cercanías, empezamos la subida de Abantos, pero antes mi compañero se tenía que asegurar de que la gesta era lo suficientemente importante como para que a su ‘coequiper’, que pesa 23 kilos más que él, llegará exhausto al final de la montaña y con el muslo izquierdo que parecía que iba a explotar.

La subida a Abantos fue bastante bien (excepto el último kilómetro) y hasta tuvimos unos animadores de excepción. Unos 50 niños de unos 12 años que iban de excursión, en compañía de su profesora, se tomaron la molestia de perseguirnos corriendo a la vez que recitaban los nombres de los pocos ciclistas que conocían (alguno incluso mencionó el nombre de Carlos Sastre) y nos pedían uno a uno que les lleváramos, como si no tuviéramos ya bastante con nuestro propio peso...

Coronamos el puerto, nos comimos un par de plátanos y alguna barrita de cereales (al final cayeron seis plátanos y seis barritas) y empezamos el descenso con la esperanza de que si habíamos subido 16 kilómetros bajáramos otros tantos. Sin embargo, descendimos bastante menos y volvimos a empezar a subir otra vez.

Eran ya las tres y media de la tarde y lo único que se veía a lo lejos era el castillo de Navas del Marqués. Llegamos a este pueblo, preguntamos si quedaba cerca Ávila y cuando nos dijeron que nos quedaban 35 kilómetros y que además había que subir otro puerto decidimos que era el momento de matar el viaje en bici y meternos en un tren que nos llevara a Ávila. Era la única forma de admirar por enésima vez las murallas y de comernos unas yemas de Santa Teresa antes de que se nos hiciera de noche.

El balance del viaje fue muy positivo. Cincuenta kilómetros, seis plátanos, seis barritas de cereales, seis yemas de Santa Teresa, tres bocatas, dos brazos a medio quemar por el sol que no tapan los árboles que ya no existen en los últimos kilómetros del monte Abantos, que corre el riesgo de convertirse en el Mont Ventoux español.

Más difícil de cuantificar con números (pero sin duda más importante en el saldo del día ciclista): mucho deporte, muchas risas y sobre todo la compañía de un amigo, que aunque sea un escalador nato que se 'aprovecha' de mi planta de esprínter, tiene de flaco lo mismo que de generoso y de buena persona. Sin duda, un buen compañero con el que compartir el pan y el camino, a ser posible cuesta bajo.

miércoles, 28 de octubre de 2009

LOS ONCE DEL CHANTAJE


Dudek; Arbeloa, Albiol, Metzelder, Drenthe; Mahamadou Diarra, Guti (Gago, min,46), Van der Vaart; Granero (Marcelo, min.63); Raúl (Van Nistelrooy, min. 72) y Benzema. Estos son los once del chantaje, los que no merecen lucir la camiseta de un equipo que (aunque no guste a todo el mundo) lleva más de cien años de lucha noble en los terrenos de juego. Más de un centenario acabando con la camiseta blanca embarrada por luchar cada pelota que corría por la hierba.

Hay medios que hoy se centraban en Pellegrini, en Valdano o incluso en Florentino Pérez sin darse cuenta que los que ayer hicieron el ridículo son los once que saltaron al campo (incluidos los tres cambios). Pellegrini hizo lo que tenía que hacer: tomarse el partido en serio y poner a los que consideró mejores; Valdano también realizó lo que mejor sabe realizar: el lenguaje como medio para disfrazar los problemas. ‘Floren’ estuvo a la altura cuando tuvo que estarlo, ya que puso la pasta para que Pardeza y compañía ficharan lo que creyeron conveniente.

Así que sólo quedan los once individuos que salieron ayer a pastar, que no corrieron ni para meterse en el vestuario una vez acabado el partido. Me duele incluir a Raúl en la lista de tocapelotas –que no tocabalones- que saltaron ayer al verde de Alcorcón, porque el ‘7’ del Madrid siempre es un ejemplo de lo que se debe hacer en el terreno de juego, sin embargo ayer, por su pereza, puso en vilo su fama de esforzado del fútbol.

Los que saltaron al estadio del Alcorcón son once chantajistas que querían demostrar a Pellegrini quiénes son los capataces del vestuario. Es la actitud de Guti que se contagia a cualquiera que pasa por Chamartín: indolencia, chulería nada sana (cortes de mangas incluidos) y folclore. Esos ‘profesionales’ a los que no les gusta concentrarse, y mucho menos que les hagan trabajar, ayer quisieron echar al entrenador y no tuvieron ningún reparo en tocarse las narices a dos manos.

Es lo más parecido a una actuación chantajista que se puede realizar sin acabar en la cárcel. Por eso merecen el desprecio de los madridistas (entre los que no me incluyo) y el de los aficionados al fútbol.

Gracias Alcorcón por demostrar una vez más la belleza de este deporte y todo mi apoyo a la ‘víctima’ Pellegrini. El pobre hombre no sabía en que “familia mafiosa” se metía cuando le preguntaron si quería entrenar a CR9 y demás galácticos. Que Dios le dé paciencia, que como tenga que entrenar Valdano....

martes, 27 de octubre de 2009

ALGUNOS SINSENTIDOS


Son momentos en los que me paro a escuchar algunas conversaciones, son momentos en los que no niego que a veces me siento solo. Ayer estaba en el gimnasio, donde paso más tiempo del que debería, quizás porque me hace sentir bien, puede que porque me haga sentir útil. Pues eso, que estaba haciendo un poco de deporte y como tenía a la monitora al lado me paré a escuchar lo que le decía a una nueva usuaria.

La monitora le estaba comentando a la chica en cuestión qué es lo que tenía que hacer para perder peso. Esto en principio es algo normal en un gimnasio, pero lo que tiene de particular o de sinsentido es que la que le estaba dando consejos estaba algo más 'rellenita' que la joven que quería bajar algunos kilos. Consejos vendo...

La parte buena es que me enteré de que si tomas un par de yogures antes de irte a la cama estas lejos de adelgazar. Lo de ayer me recordó a aquella vez que fui al dermatólogo para pedirle consejo sobre un tema del pelo y cuando abrí la puerta y vi que el experto era calvo estuve a punto de darme la vuelta y no entrar. Pasé a su consulta y lo que hice fue apuntar el champú que me recomendó para no compralo ni en broma. Faltaría más.

Hoy también llevaba los oídos bien abiertos (para variar) y escuché a un hombre bastante viejo, achacoso y arrugado decir que la vicepresidenta del Gobierno era "un loro". Mira que se pueden decir cosas de la ineficacia de De la Vega pero aquel que la llamaba loro no era la persona más adecuada ni mucho menos. Porque si María Teresa es vieja y arrugada el 'comentarista político' podía ser su padre.

Pero quizás el mayor sinsentido sea cuando alguien te dice "¿te puedo ayudar en algo?" y cuando le pides dos minutos cada tres días te responde en mayúsculas o directamente deja el espacio en blanco por toda respuesta.

domingo, 25 de octubre de 2009

ANTE TODO PERIODISTA


‘El año que vivimos peligrosamente’, a pesar de ser del 82, es de las mejores películas que he visto últimamente. Es la historia de un corresponsal de guerra australiano (Mel Gibson) que debuta como enviado especial en la antesala de la revolución de Indonesia en 1965. Pese a ser novato, tiene un olfato inmejorable para cazar noticias y un amor por la profesión digno de mención.

El inexperto periodista cuenta con la ayuda de un enano del lugar al que le encanta la fotografía, que le consigue las mejores entrevistas gracias a sus contactos y que, además, media entre él y una diplomática británica por la que se siente atraído.

Todo transcurre demasiado bien hasta que el reportero es capaz de anteponer su profesión a la relación amorosa que mantiene con la diplomática británica e incluso a la vida de los indonesios.

Posteriormente, Mel Gibson tendrá que elegir entre quedarse sólo en Indonesia o escapar de la turba en compañía de su romance. Antes de elegir entre estos dos caminos, correrá un montón de aventuras que os recomiendo que veáis.

Quería reseñar la película antes de hacer una breve reflexión en estos días inciertos en los que no sé si antepondría mi profesión a todo, pero si a casi todo. Los periodistas tenemos un defecto y es que nuestra vida es la noticia y nuestro objetivo sólo se consigue cuando logramos información. Y si no tienes trabajo, ni hay vida ni hay objetivo más allá de lograr un empleo.

No lo hacemos ni por nuestro medio ni por el dinero (aunque Mel Gibson en la película parezca Isis) sino por nuestro orgullo, porque no sabemos vivir de otra forma. De ello se aprovechan. Por eso hay periodistas que pasan tantas horas trabajando y cobran tan poco. Ser periodista es una raza, de ahí que la mejor retribución sea un puesto de trabajo y si surge un poco de reconocimiento. Con eso nos basta.

jueves, 22 de octubre de 2009

CUATRO SILLINES DE MADERA PARA UN FORO DE EMPLEO


El IV Foro de Empleo conjunto de las universidades Complutense, Politécnica, y UNED acabó hoy por suerte o por desgracia. Por suerte, porque en algunos estands nos tomaron bastante el pelo y por desgracia porque, para que negarlo, me lo pase muy bien yendo de puesto en puesto en compañía de mi amigo Antonio.

En la mayoría de las empresas nos trataron genial, así que a ellos, por su simpatía y por sus ánimos, espero que les vaya muy bien a pesar de que la actual situación económica les impide contratarnos. Desde aquí muchas gracias para ellos.

Sin embargo, repartiré cuatro sillines de madera para las siguientes empresas o instituciones que no sé a qué vinieron al foro de empleo. El primero para la Fundación Complutense. Esta asociación debería estar en un encuentro con becarios. Me dijeron que no había bolsa de empleo para los licenciados en la Complutense, pero si para los que se hubieran dejado ‘alguna colgada’.

Este hecho se contrapone con la actitud de la Fundación UNED que, a pesar de que no he tenido ningún vínculo con esta universidad, fueron muy amables y además me metieron en su bolsa de trabajo.

El segundo sillín de madera se lo daría al estand de la Comunidad de Madrid. Después de esperar una cola de media hora, lo único que me ofreció la persona encargada de dar información fue “mete en google la palabra becas y te sale todo”. Afortunadamente su compañero me facilitó bastante información útil cuando ya estaba apunto de estallar por la tomadura de pelo.

El tercer habitáculo de madera se lo voy a dar a Aena, que nos aseguraron que no buscaban a nadie porque para eso están las oposiciones, pero que estaban allí para “dar conocer que Aena era una entidad pública que gestionaba los aeropuertos españoles”, no sé quién no lo conoce, pero no creo que sea la labor de un foro de empleo.

Y el último sillín de madera, y con un clavo bien largo hacia fuera, se lo dejamos a Sika, una empresa de tecnología química que dejó el estand sin personal para recoger currículums y encargó a una de las azafatas que dejara publicidad cada vez que los asistentes acabaran con ella. El clavo es por aquello de que como no iban a utilizar el asiento tampoco les iba a pasar nada.

Para los demás un buen sofá con orejeras bien cómodo ya que se han portado fenomenal y porque a ver si van a leer este post, les voy a caer mal y me van a dejar sin trabajo. Ya se sabe: “mientras tengas la cabeza dentro de la boca del león utiliza tu mano para acariciarla”.

miércoles, 21 de octubre de 2009

PON UN PORTERO EN TU VIDA, VALE PARA TODO


Desde hace algunos años en la nevera de la casa de un amigo hay un recorte de periódico en el que se lee una viñeta de Forges. En ella, aparece un caballero detrás de un ordenador que le pregunta a una mujer cuál es su profesión. La señora le responde: “limpiadora, cocinera, doncella, costurera, planchadora, niñera, maestra, telefonista, choferesa, psiquiatra, enfermera, puericultora, economista, matemática, intendente, sensual geisha y amante”.

El hombre que le ha preguntado por su ocupación, le anuncia que “todo eso no cabe”, a lo que la mujer le responde “ponga ama de casa, es lo mismo”. Cuando ayer releí por enésima vez el chiste de Forges me dio la idea para escribir este artículo, ya que lejos de pensar que los conserjes no valen para nada, en mi comunidad me he dado cuenta de que el portero puede ostentar múltiples profesiones.

La primera y más reconocida es la de ‘hombre del tiempo’, no hay ni una sola mañana en la que un buen portero no repita diez veces la climatología que va a hacer durante ese día y toda la semana. Además, un conserje ‘como Dios manda’ debe ser psicólogo -y escuchar a todas las vecinas que dicen lo mal que están ellas y sus familias-, limpiador –el portal debe estar impoluto- y basurero –hay muchos que tienen que ir de puerta en puerta recogiendo las bolsas de residuos-, entre otras muchas labores.

Pero tampoco puedo olvidar que el señor que guarda la puerta de una comunidad también tiene que ser ‘segurata’, cerrajero, recepcionista, ascensorista –que arregla ascensores y que además pulsa botones que no le gustaría tener que pulsar-, hombre de mantenimiento, y si te descuidas gorrilla-aparcacoches porque las personas que ven al hombre apoyado en su portería le suelen pedir que les guarde un sitio en la calle para aparcar su vehículo, que les indiques las maniobras para salir del aparcamiento o incluso te dan las llaves para que seas tú mismo el que lo hagas.

Otros hábitos del portero son arreglar persianas, dar clases de informática, cuidar que los niños no se rompan la cabeza en el portal y, si hace falta, ser un poco ‘Don Juan’ (aunque eso es algo que surge del ánima del personaje, sin que nadie se lo exija).

Desde aquí pido que a los conserjes se les de un poco de conversación diaria (para que no se pierdan las viejas tradiciones) y un día internacional en el que se reconozca el mérito a estos esforzados profesionales que, a pesar de que pasan mucho tiempo viendo series del estilo ‘Perdidos’, cuando hace falta dan ‘el do de pecho’ y demuestran que son profesionales multiusos (sí, Andrés Montes, como Garbajosa).

martes, 20 de octubre de 2009

MARIBI EN GUERRA CON LOS 'CHINOS'


Veo con satisfacción como Maribi, como creo que la ha llamado mi madre, revuelve entre las cajas de patys, medias, calcetines y demás artículos que puedes encontrar en una mercería. Pero todavía me produce más alegría ver como la tendera anota en un papel el precio de la decena de productos que se lleva la clienta que nos precede y como con su lápiz, excesivamente corto, hace la suma de todo lo que se lleva sin necesidad de utilizar una calculadora. “36 euros, si no me he equivocado”, dice.

Los siguientes somos nosotros. “Unos calcetines como los que me llevé el otro día”, solicita mi madre. “Sin elástico, los tengo negros o marrones”, responde la dependienta que con sus más de 50 años todavía le queda memoria para recordar lo que compró mi madre hace unas semanas.

No necesitas más que decir lo que quieres y ella te lo busca, hasta ponértelo en la mano. No te dice “siguiente pasillo a la derecha”. En esta tienda nada está revuelto, porque ya cuida Maribi de que todo esté en perfecto orden. “Cuando me piden algo y no lo encuentro, se me revuelve el estómago”, sentencia sabiendo que no debe perder ningún cliente.

Mi madre halaga la calidad de los calcetines que se llevó “el otro día", por lo que la señora que está acodada en el mostrador a nuestro lado, le pide que le saque otros como los que se lleva ella “para probarlos”.

Hay muchas diferencias entre las tiendas tradicionales y los nuevos comercios que invaden nuestras calles. Más allá de que te envuelvan en papel de estrazo lo que te lleves, o el trato cercano y personalizado. Si me apuran más allá de la calidad que te asegura que con unos calcetines un ‘pelín’ más caros no te van a picar los pies. La mayor diferencia es el olor a mercería vieja, el saber que esa tienda se debe a ti, que lleva en ese lugar 30 años y que Maribi no te va a vender cualquier cosa.

Hay algo que me preocupa. Cuando nos demos cuenta de que los productos que nos venden en la mayoría de comercios regentados por orientales no sale rentable, quizás no queden tiendas tradicionales en las que recuerden lo que compramos y en las que nos vendan productos duraderos. Entonces, tendremos que agachar la cabeza y asumir que sólo podemos comprar en los “chinos”.

domingo, 18 de octubre de 2009

COMO RENTABILIZAR UN 'BUFET' DE COMIDA LIBRE EN MEDIA HORA (SIN MORIR EN EL INTENTO)


Los que siguen el blog saben que tengo bastante fijación por la comida sana. Los que me conocen personalmente son conscientes de que yo hago bueno el personaje de aquel dicho que reza: “es mejor comprarle un traje que invitarle a comer”. Este ‘post’ va a servir para remarcar la segunda idea, pero va a poner muy en duda mi amor por los alimentos saludables.

Una vez cada mucho tiempo tengo la costumbre de cenar (siempre con algún amigo) en el típico 'bufet' libre que por 10 euros comes lo que quieras. Casi siempre llego poco antes de que cierren y en todas las ocasiones intento rentabilizar el dinero que inviertes, porque para eso estás en un bufete.

El primer consejo para poder rentabilizar los diez euros es que, a pesar de que en todos estos restaurantes te ponen muchos tipos de pasta y en los sitios más visibles, es preferible comer como mucho un plato, ya que este tipo de comida sacia mucho pero te quedas vacío en seguida. Además, la pasta es barata por lo que no tiene sentido pagar diez ‘pavos’ para comer tres platos de pasta.

Otro truco es no beber mucho líquido mientras se ingiere comida, ya que el beber si ocupa lugar, por lo menos en el estómago. Entre los otros consejos que se me ocurren hoy (después de cenar ayer en un 'bufet' libre en media hora y hacer que el dueño me mirase con cara de resentimiento) incluyo llenar el plato con poca comida y levantarte varias veces a llenar el recipiente.

De esta forma no te saciarás sólo de ver la mesa llena de alimentos. Eso sí, para no perder ni uno de los treinta preciados minutos se sugiere al consumidor que mastique la comida entre viaje y viaje.

El último consejo que doy a quien quiera ir a un 'bufet' libre de comida es que estas prácticas no las lleve a cabo si está en pleno proceso de lo que mi amigo Paco llama “el cortejo del caballero elegante”, su amiga o amigo deseado podría sentirse ligeramente repugnado ante semejante glotón.

sábado, 17 de octubre de 2009

EL NUEVO EQUIPO DE ARMSTRONG, UNA BUENA NOTICIA PARA CONTADOR


La UCI concedió ayer la licencia de equipo ProTour a la nueva escuadra de Lance Armstrong, el Radio Shack. Este hecho es una buena noticia para el ciclismo ya que el deporte de las bicis necesita dos equipos fuertes como lo son el Astana, liderado por Alberto Contador, y el Radio Shack comandado por el heptacampeón de la ronda gala.

Pero la única forma, de que los espectadores vuelvan a pegarse a una televisión por las tardes es si Lance Armstrong renace. Para ello, va a necesitar mucho esfuerzo, un poco de orgullo y una gran dosis de humildad, ya que para volver a tener la capacidad de sufrimiento que alcanzó después de superar el cáncer, lo primero que tiene que hacer es admitir que hoy por hoy Contador es superior.

El regreso (en serio) de Lance es una buena noticia para el de Pinto porque al equipo de Armstrong se va el que ha sido director de Contador hasta el pasado Tour de Francia, Johan Bruyneel. De esta forma, el vencedor de la última ronda francesa no tendrá que aguantar desfachateces como que el día en que se juega la carrera en una contrarreloj, su director no le acompañe y aún peor que el coche de su equipo ni siquiera le pase referencias del tiempo que lleva.

A pesar de que aquí Lance Armstrong no cae bien, y por méritos propios; hay que reconocer que un hombre como el americano da caché a las victorias de Contador, que necesita que haya un enemigo público para que la gente valore sus triunfos. Y el papel de malo a Armstrong le queda de cine.

jueves, 15 de octubre de 2009

MADRID EN GUERRA CONTRA LAS BIBLIOTECAS


Dicen que no es bueno escribir desde la indignación, que es mejor esperar a que se pase el enfado para poder expresar las ideas con mayor coherencia. Sin embargo, hoy no puedo evitar redactar unas líneas para protestar por la mala gestión de las bibliotecas que se está haciendo en Madrid.

Primero cerraron la biblioteca de Concha Espina y la Menéndez Pelayo, porque sí, según un pasquín de la Comunidad de Madrid bastante cómico "para favorecer el uso de las bibliotecas, centralizando el material en las más importantes". Esta centralización no contempla que en época de exámenes faltan muchas plazas.

A esto, hay que añadir la decisión de cerrar por las tardes, a partir de mañana, la biblioteca del Centro Cultural de Avenida de los Toreros. También porque sí. Cuando le he preguntado a los bibliotecarios el motivo me han dicho que era por falta de personal. ¿Falta de personal? Había cinco inútiles peleándose por las cuatro sillas que hay detrás del mostrador.

De todas formas, si falta personal el ayuntamiento (esta biblioteca es municipal) podría contratar a un empleado que trabaje cuatro horas por la tarde porque esto no supone ningún dispendio.

Lo único que sé, y por eso escribo indignado, es que cuando antes había tres bibliotecas en un radio de dos kilómetros -muchas veces llenas- ahora sólo queda una y tampoco sabemos hasta cuando va a aguantar en pie. No lo entiendo, pero la capital de España está en guerra contra las bibliotecas.

martes, 13 de octubre de 2009

MIEDO A VOLAR


Claro que tengo miedo. Aunque no lo digo. Aunque cuando alguien me pregunta si ir en bici no es peligroso, sonrío y le digo que soy invulnerable.

Me da miedo la gente que abusa de nuestra estabilidad, por ejemplo esos conductores que pasan a menos de metro y medio de nuestros costados. ¡Qué digo metro y medio! Suelen pasar a menos de 50 centímetros y en algunos adelantamientos hasta tienes que encoger los hombros para que no te tiren.

Pero si hay algo que me da pavor, son las personas que cuando van en coche se acercan peligrosamente a ti, tanto que si paras porque el semáforo está en rojo, apuran hasta el último centímetro antes de detener el vehículo y te miran como diciendo "coño, que no se evapora, que tengo que frenar".

Generalmente el frenazo va acompañado de un gesto de desaprobación -piensan que la carretera es suya- y de incredulidad porque es difícil que ellos admitan que el ciclista va a tener la frialdad de esperar el momento en que pare el coche manteniendo la bici en pie y mirándoles fijamente a los ojos.

Antes de que el vehículo pare del todo, empiezas a notar como te sube la adrenalina. Esta sustancia es muy curiosa. Primero te hace abrir mucho los ojos y después la boca. Hay que ver lo maleducado que me vuelvo cuando alguien apura tanto para frenar.

Esto sólo pasa los días que hace buen tiempo. Cuando llueve me da miedo todo. Empezando por el suelo que parece que te dice "ven a mi" y continuando por los conductores kamicazes que te siguen adelantando igual de pegados o más.

Como es lógico la última vez que me fui al suelo con Ramona (mi bici) fue un día con lluvia, justo cuando pisé una de las líneas blancas que hay en el asfalto supe que iba a besar la carretera.

Lo mejor fue que uno de los muchos coches que había se paró y me preguntó si estaba bien. Lo peor, que más de un conductor tuvo la desvergüenza de pitarme porque, como estaba tirado en el suelo, no le dejaba pasar. Afortunadamente aquel día no me pasó nada.

Por lo demás, ir en bicicleta es lo más parecido a volar que tenemos los seres humanos. Por eso, pese a los conductores imprudentes, a la lluvia y a que es martes y 13, hoy no pienso renunciar a moverme en bicicleta. Rápido, sencillo y para toda la familia (hay bicis de muchos tamaños).

lunes, 12 de octubre de 2009

SUBVENCIONES POR CONTAMINAR


El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio se ha planteado salvar el sector minero español, a pesar de ser deficitario porque el carbón español es más caro que el que procede del exterior y además produce menos energía, para mantener los empleos de los mineros. Para ello, las empresas productoras de electricidad solicitan mil millones de euros al año (según el diario Expansión).

El sistema, aún sin determinar, consistiría en subvencionar a las energéticas que produzcan electricidad quemando carbón español, para evitar que las personas que viven del trabajo en las minas se queden sin empleo.

La decisión es complicada. Por un lado, se beneficiaría a unos trabajadores que necesitan su trabajo para mantener a sus familias, pero por otro lado se fomenta, no sólo que las eléctricas no busquen formas más limpias de producir energía, sino que además se premia un carbón que contamina más porque hace falta quemar más combustible para producir la misma energía.

Quizás la solución sería recolocar a los trabajadores de las minas en otros sectores, por ejemplo se les podría ‘reciclar’ para emplearlos en la producción de energías menos contaminantes, de esta forma se fomentaría la productividad y el futuro. El carbón, español o extranjero, ya es pasado.

Además, la subvención a un sector tan deficitario y anticuado provoca recelos en la economía de un país, ya que hay muchas empresas que en vez de buscar la eficiencia se pueden ver tentadas a vivir de la limosna del Estado a cambio de no aumentar las cifras del paro.

LOS HIJOS DE

Hablar con el portero es una costumbre tradicional en España y lejos de criticarla, como mi admirado Larra, la defiendo y la reivindico. Qué sería de los conserjes de nuestro país si no tuvieran ese momento de ‘no aburrimiento’ que se da al comentar la climatología de toda la semana con el primero que pasa por el portal.

Ayer quien pasaba era un barrendero que tenía un cierto aire a Buenafuente, aunque menos corpulento y más joven. La edad no se la pude calcular bien, y aunque aparentaba veintipocos, cuando me dijo que llevaba diez años limpiando nuestras calles y que estaba casado, pensé que mis especulaciones eran bastante erróneas.

Eran más o menos las 8 de la tarde, iba ya a cerrar el portal, cuando empecé a hablar con el funcionario de marras. En seguida empatizamos porque estábamos de acuerdo en que había mucho ‘hijo de’ que se aprovechaba de su estatus para putear a los que tienen que currar. Es decir, a él, a mí y seguramente a tí.

La historia que quería contar hoy en la sección “nadie pase sin hablar con el portero, por favor” la voy a comenzar tres párrafos más tarde porque era necesario hacer unas aclaraciones previas. Al parecer, el colega en cuestión a parte de ser barrendero gestiona una empresa de aparcacoches, que además se dedica a la noche y más en concreto a las discotecas de moda en las que muchos ‘pijos hijos de’ cercenan las veladas madrileñas.

No sé cuando le pasó, ni me importaba, sólo intuía que mi compañero de conversación había tenido un incidente con un ‘niño de papá’ porque hablaba dolido de este colectivo. Así que le pregunté si alguna vez había tenido algún problema. A lo que me contestó:

Una noche tenía mi coche aparcado entre los de mis clientes, cuando un chaval empezó a abollarme el capo con el tacón de un zapato de mujer que “no sé bien de donde lo había sacado”. Al parecer, al barrendero se le iba calentando la sangre con cada golpe que el chico daba en el coche. (Le entendí perfectamente porque me pongo en su situación y no me habría gustado ver a alguien maltratando a Ramona, mi bicicleta). Así que el barrendero-aparcacoches cogió al muchacho por el pecho y le “reventó la cara”.

Resultado de la agresión: un coche abollado, el hijo de un concejal (no sabemos de que partido) sangrando como un cerdo, un abogado bien pagado buscándole las cosquillas a trabajador y una denuncia que le acusa de “intento de robo con intimidación”, a pesar de que lo único que quería robarle era el zapato para que no siguiera hundiéndole el tacón en el capó.

Conclusión (sin ánimo de defender una actitud violenta): si ves a algún capullo que te está haciendo una faena, antes de reaccionar, pregúntale de quien es hijo, si se puede pagar un buen abogado y olvídate del artículo de la Constitución que dice que todos los españoles somos iguales.

domingo, 11 de octubre de 2009

BOCADILLOS DE VIENTO


Dicen que el hombre es el único animal que cae dos veces en el mismo charco. Lo que me ha pasado esta mañana se circunscribe en esta actitud errática del hombre pero con un agravante añadido. Yo tropiezo con una piedra, escribo, y a la semana siguiente vuelvo a tropezar con la misma piedra y lo vuelvo a escribir.

Misma situación que hace una semana. Misma tienda de ‘descuento duro”, que no mencionaré, búsqueda de un desayuno. Para beber unos zumos de melocotón con albaricoque, de comer busco en la misma estantería que la semana pasada pero lo único que miro es que los ingredientes no tengan muchos números.

Lo encuentro. Los componentes de mi desayuno no tienen ni un maldito conservante, colorante, emulsionante o anabolizante. De hecho me felicito por mi trabajo porque no hay ni una sola bandeja con napolitanas “de jamón y queso”.

El desayuno elegido tiene buena pinta. Seis “bocadillos de atún, huevo cocido y aceitunas”. Una forma de empezar el día sana y como diría el último superviviente “con muchas proteínas”. Muerdo la primera ‘minipulguita’. Pura masa, casi no hay nada dentro. ¡Menudo mazacote! Más que unos zumos me tenía que haber traído el botijo del tío Asterio.

Entonces, me acuerdo de un cócktel, después de una rueda de prensa. En una bandeja había unos buñuelos con muy buena pinta. Cuando le pregunté a una mujer que los había probado de qué estaban rellenos me respondió: “de viento”. Me llevé uno a la boca y protesté: “pero si están vacíos” y ella me contesta: “claro, te he dicho que estaban rellenos de viento”.

Ahí es cuando, con cierta esperanza, miro la etiqueta pensando que en vez de bocadillos de atún, huevo cocido y aceituna, puede que sean ‘de viento’. Sin embargo, la clave, como casi siempre, estaba en los ingredientes: Masa (...), relleno: cebolla, pimiento, atún (3,7%) -¡qué de atún!-, huevo cocido (2,1%) –pues si que tiene huevos la cosa-, aceituna (1,4%) –no me extraña que el aceite sea tan caro, si todas las olivas las dedican a hacer bocadillos...

Como sigan así las cosas, un Día de estos voy a tener que desvelar el nombre del supermercado.

jueves, 8 de octubre de 2009

SIN ARRUGAS TAMBIÉN VOTA A IZQUIERDA UNIDA

Los que me conocen bien saben que me paro hasta para hablar con las paredes. Si estoy en la biblioteca y tengo a alguien cerca en seguida le doy conversación. Pues bien, voy a contar una historia bastante curiosa que me pasó el otro día por pararme a hablar con todo el mundo. Aunque esta vez no fue culpa mía-

Hace unos seis meses una señora de unos 50 años que estaba leyendo el periódico me empezó a comentar la jugada que estaba leyendo. “¡Huy, mira hijo, ese Montoro es de la piel del diablo! ¡Pues anda que esa, Elena Salgado, menuda bruja!” La verdad es que yo estaba un poco confuso. Si criticas a Montoro no puedes criticar también a Salgado porque son cada uno de una acera, vamos digo yo…

Pues resulta que la señora era de izquierda unida, así que ni de una acera ni de otra, la mujer en cuestión resultó ser de la calle de en medio. La miré fijamente para ver si la daba un poco de miedo y me dejaba acabar de leer el Marca, que para un día que viene una página del depor….

Lo peor es que a los dos meses me la encuentro, leyendo el mismo periódico y yo doy un rodeo para que la señora no me de más conversación porque llegaba tarde, lo único que me dio tiempo fue a fijarme en que tenía la piel algo enrojecida pero que estaba bastante bien disimulado con una capa de maquillaje.

Una vez que pensé que la había perdido de vista porque habían pasado unos meses, me encuentré con una chica bastante monilla que estaba echando un vistazo al periódico.

Así que, como la muchacha estaba de buen ver, me senté a su lado y cogí el mismo diario que estaba leyendo ella pero del día anterior, por eso de congeniar y tal.
Pasaron cinco minutos y la muchacha en cuestión me comentó “¡Huy, mira hijo, ese Montoro es de la piel del diablo! ¡Pues anda que esa Elena Salgado, menuda bruja!”

Yo la contesto “no jodas, si hablas igual que tu madre” a lo que ella me contesta “¿cómo vas a conocer a mi madre si mi madre murió hace muchoooos años?”
Al final la supuesta muchacha se debió de percatar de lo que allí pasaba, y me comentó “pero, si tú eres el joven ése que estaba leyendo el Marca hace seis meses y que me miró con esa cara, normal que no me reconozcas, hijo, es que me hecho un lifting facial en el Instituto Dr. E. Lalinde y se me ha quedado la piel muy lisa y muy suave, pero no he dejado de votar a izquierda unida, ¿eh?”.

EMULANDO A SERGIO DALMA

Si lo último que ves antes de irte a la cama es un cabecero de madera de caoba de más de dos metros y medio de alto tienes casi asegurado que vas a dormir muy pero que muy bien. Pero mejor aún, es leer un buen libro apoyando la espalda en una madera tan suave. Da igual el libro que leas, el cabecero te empuja a continuar con la lectura sólo por el mero de hecho de mantener la espalda pegada a tan maravilloso lugar.

Es de los mejores recuerdos que tengo de la casa de la abuela, el olor a caoba que había en la habitación gracias a aquel cabecero que corona la cama y que cada noche recuerde aquella canción de Sergio Dalma en la que juraba por el cabecero de su cama.

La casa de mi abuela es el típico hogar donde encuentras todas las cosas que hay en los pisos de las personas mayores, sin embargo, lejos de haber un fastidioso cabecero barroco en el que sólo de apoyar la espalda en él, al día siguiente no puedes ni moverte, hay un mueble de diseño moderno, pero nada estridente, que había comprado en Portobellostreet.

Hoy, si puedo, me voy a ir allí a dormir. Mi familia últimamente piensa que me he echado novia y que por eso no paro por casa. Pocos saben que lo que me hace pasar las noches fuera de mi casa es un cabecero de madera de caoba color rosado que me empuja a leer y me ayuda a dormir.

ITALIA, GRAZIE A DIO


Después de unos cuantos años aguantando las bravuconadas del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, hoy también tenemos que soportar los rugidos del “caimán”, herido por el Tribunal Constitucional (TC) del país trasalpino, que ayer decidió quitarle la inmunidad que se había autoimpuesto.

Dicen los italianos que la sentencia del TC es una prueba de que la constitución, a pesar de contar con más de 60 años, aún funciona. Sin embargo, sólo con la posibilidad de que un personaje como Berlusconi ocupe el poder en Italia y sea capaz de imaginar que algún día podrá gozar de inmunidad, es una prueba de que en el país con forma de bota las cosas no acaban de marchar bien.

Dejemos atrás acontecimientos anteriores. Hoy hay que disfrutar esta gran victoria de la democracia. Dejemos a “Il Cavaliere” (se podría decir de todo de él, menos que es un caballero, por mucho que asegure que él no paga porque le gusta seducir a las -buonas- 'donnas') que afirme que la culpa de sus desdichas es de los medios de comunicación, que el TC está llenó de rojos y que le importa “un pepino” lo que diga ese atajo de ‘izquierdosos’ que componen el constitucional italiano. Dejémosle que lo diga con la única condición de verle sentado algún día en el banquillo de los acusados.

Y para ello confío en Italia. Apuesto por este país porque conozco a sus jóvenes, porque se que les importa la política -a algunos casi tanto como la moda- y me han contado que envidian España sólo por el hecho de que a nuestra derecha está Rajoy y no un “mafioso putero”. Conozco profesores de escuelas italianas que después de preparar las clases del día siguiente se juntan con los vecinos del pueblo para hablar de política. Por eso sé que a los italianos les preocupa su destino.

Pero sobre todo confío en Italia porque es un gran pueblo, con una tradición enorme sostenida por la historia de hombres y mujeres que, en otras épocas, se levantaron contra los tiranos. Y aunque ya no existan espartacos que se subleven contra el emperador para liberar a los esclavos, ‘grazie a dio’ queda el Tribunal Constitucional que debe ser lo más parecido a Espartaco a lo que se ha enfrentado el “papi” Berlusconi.

miércoles, 7 de octubre de 2009

POLÍTICAS DE ÚLTIMA HORA


El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció en una entrevista a la Cadena SER que para gobernar es necesario improvisar. ¿Estarán esperando los atuneros del ‘Alakrana’ y demás pescadores una improvisación de Zapatero para poder realizar su trabajo con seguridad?

El problema que tiene el presidente es que espera siempre hasta el último momento para tomar decisiones. Es un hombre al que le cuesta afrontar los problemas y por eso tiene que aguardar hasta que llega el momento en que las políticas que adopta son incontrovertibles.

Para muestra valen varios botones. El plan 2000E, de ayuda a la compra de coches, fue lanzado de manera urgente cuando la situación del sector del automóvil había tocado suelo. Ante los problemas de los concesionarios y de las fábricas de vehículos, ¿alguien discutió la necesidad de fomentar la adquisición de coches?

Pero también sirve el ejemplo de los famosos 400 euros. El presidente del Gobierno esperó a que hubiera más de un millón de personas sin ningún ingreso para decretar que los parados sin prestaciones cobrarían una ayuda. Ante esta situación, ¿quién puede oponerse a semejante medida?

La subida de impuestos es otro claro ejemplo de como hasta que no ve que el barco se hunde no se decide a tapar la vía por la que entra el agua. Antes de modificar la presión fiscal, se tuvieron que ver amenazadas varias de las medidas sociales “estrella” de la anterior legislatura, como el cheque bebe o ayuda a la dependencia.

Lo mismo les pasará a los atuneros. Hasta que no sean secuestrados nada más salir de los puertos españoles, Zapatero no se decidirá a mandar al ejército para proteger a los pescadores españoles. Cuando eso ocurra, tomará las riendas personalmente, lanzará un real decreto relámpago en un Consejo de Ministros extraordinario y hasta irá el personalmente en los barcos de la armada.

Puede que sea necesario improvisar de vez en cuando, pero esperar a que todo esté perdido para tomar decisiones urgentes y extremas no debe ser la forma de gobernar un país que lo único que conseguirá será salir de un fuego para entrar en otro.

martes, 6 de octubre de 2009

FARISEOS QUIEREN QUEMAR TU FACULTAD

Hay días que son más complicados que otros. Sin embargo, cuando te acabas de licenciar y estás buscando trabajo todos los días parecen bastante difíciles. Hoy pasé por la facultad para ver si algún profesor me podía echar un cable y me encontré con un personajillo que me instó a quemar la facultad.

En un pasillo de la quinta planta, donde quedan los despachos de nuestra facultad antigua, me he tropezado con uno de esos hombres grises a los que les saludas porque te da no sé que no hacerlo y les escuchas porque nadie lo hace.

El personaje en cuestión es uno de los profesores más criticados (y con razón) de los muchos criticables que pisan por nuestra universidad, es de ésos que hacen que te preguntes cómo alguien así puede dar clase. No es crítica barata. En la facultad todos le conocen porque en vez de impartir clases de su asignatura se pasa el año hablando de la linotipia (impresora del siglo XIX).

Pues este individuo ha empezado a rajar contra todos los profesores de la facultad, porque según él no han estado en una redacción "en su puta vida", cosa que él, por lo que presume, sí. Y dado que la facultad no funciona por culpa de las personas que trabajan en ella, ha sugerido que la quememos.

La verdad es que cuando ves como funcionan algunos "desfuncionarios" si que dan ganas de quemar la universidad. Pero antes habría que sacar a algunas personas que valen, así como muchos libros.

Pero te aseguro, fariseo, que si a alguien se le ocurre quemar un sitio donde he pasado tan buenos ratos y donde he conocido gente tan maravillosa me aseguraré de que arda, pero contigo dentro.

lunes, 5 de octubre de 2009

HOY TAMBIÉN ES EL DÍA DE LA BICICLETA

Hoy es un gran día para coger la bicicleta y dar un paseo por el centro de Madrid. También mañana será una buena jornada para coger la burra de acero –ahora de carbono- e ir al trabajo sin contaminar y llegar sin hacer ruido.

No sólo ayer que fue el Día de la bicicleta en Madrid -o la mañana de la bici, porque el tiempo que estuvo cortado el tráfico no llegó ni a tres horas (de 09.00 a 12.00)-, todos los días son adecuados para cambiar la mentalidad de miles de madrileños que utilizan el coche para cualquier recorrido, sin importar la distancia del desplazamiento y mucho menos los atascos que ocasionan.

Está bien que un domingo al año los ciudadanos desempolven sus bicicletas y marchen con ellas por el centro de la carretera. Pero aún sería mejor que cada día se pegarán al bordillo de la derecha y utilizaran el medio de transporte más limpio y barato que jamás inventó el hombre: la bicicleta.

Una de las excusas que más se han utilizado para rechazar este vehículo es que Madrid presenta una topografía poco regular, que hay demasiadas cuestas y que el resto de conductores no respetan al ciclista. Estas dos barreras sólo se pueden superar con un uso continuo e indiscriminado de la bici.

Las cuestas, como todo en la vida, se vencen y se suavizan si las subimos una y mil veces. Nuestro corazón se desarrolla, así como los pulmones y los músculos que impulsan los pedales. De esta forma, la pendiente que el primer día nos parece insalvable, la subimos sin manos cuando la hemos ascendido diez veces.

La otra pega también se soluciona si llenamos el asfalto de ciclistas prudentes. Los coches no nos ven porque no están acostumbrados a vernos. Si el número de bicicletas se multiplicara, los conductores se habituarían a adelantarnos dejando un metro y medio de espacio y lo harían como un automatismo más de los que se hacen cuando te pones detrás de un volante.

Por otro lado, en Madrid no sólo hay barreras. Tenemos una de las mejores climatologías para montar en bici más meses del año. No hay más que darse un paseo por Amsterdam, en medio de la lluvia, ver como los ciclistas sujetan con una mano el manillar y con otra el paraguas, para darnos cuenta de que la capital de España es uno de los lugares más adecuados para montar en bicicleta. Mira por la ventana y date cuenta de que hoy es un gran día para moverte en tu bici.

domingo, 4 de octubre de 2009

SUELDOS

El antiguo consejero delegado del banco BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, abandonó la semana pasado su cargo en el banco a cambio de una prejubilación que, a sus 55 años, le garantiza cobrar cada día de su vida una “pensión” de 1.370.000 pesetas (tres millones de euros al año).

Es cierto, que el BBVA es una empresa privada y que dentro de una entidad que no sea pública (dentro de un orden) son los directivos los que tienen que decidir los sueldos de sus “empleados”, así como sus prejubilaciones.

Dicho lo cual, y después de añadir que me alegro por Goiri –como se le conoce en el círculo financiero- y sus generaciones venideras, desearía que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), dijera que las prejubilaciones de algunos “banqueros” son excesivas y que hay que congelarlas.

O que afirmará que la edad de jubilación de los consejeros delegados de los bancos hay que ampliarla para asegurar las pensiones de las generaciones venideras.

De esta forma, el discurso de Fernández Ordóñez se adaptaría a lo que pregona en relación con la reforma del mercado laboral y la necesidad de rebajar los días por año trabajado que cobran los empleados de otros sectores que son despedidos.

Y como hoy parece un buen día para expresar mis deseos, también me gustaría que este banco, que tiene su sede en Bilbao, pero que en el País Vasco se quejan de que de Euskadi no le queda más que el nombre, no reciba ni un sólo céntimo de los que el Estado va a recaudar con la subida de impuestos a los ciudadanos. Personas a las que MAFO sugiere que sean despojadas de garantías sociales en pro de la recuperación de la economía.

sábado, 3 de octubre de 2009

COMIDA SANA


Esta mañana, entre la resaca de “sin olimpiadas no hay paraíso” y una noche de viernes demasiada floja para la buena temperatura que hacia ayer, tenía la duda de si desayunar unos donuts de chocolate o algo más sano. Al final, decidí que lo mejor, sin duda, era comprar algo bueno para la salud.
Me dirigí a uno de los muebles de un conocido supermercado de “descuento duro” (no lo nombraré para no hacer mala publicidad) y cogí una bandeja en la que venían dos unidades de algo, en principio, más sano que un bollo que derrocha grasa industrial.

El caso es que, junto a unos zumos de naranja y mango, ingerí dos de estos sanos alimentos que contenían: "Harina de trigo, proteínas de soja, azúcares, especias naturales, emulgentes: E-451, potenciador del sabor: E-621, antioxidante: E-301, conservadores: E-250 y E-252, colorantes: E-162, E-120 y E-100, margarina (aceite de palma parcialmente hidrogenado, aceite de palmiste hidrogenado, aceite de girasol, emulgentes E-472c y E-471, sal, ácido cítrico, antioxidantes E-310 y E-320), agua, almidón modificado E-1414 origen patata, proteínas lácteas, leche en polvo, aroma, sal, estabilizante E-401, E-415 y E-412, azúcar, levadura, mejorante (gluten de trigo, espesantes E-412 y E-415, emulsionante E-472e, harina de trigo malteada, alfa-amilasa y hemicelulosa, agente de tratamiento de la harina E-300, L-cistéina E-920), huevo en polvo, sal, gluten de trigo, aroma y E-160a caroteno. Puede contener derivados del maíz".

Menos mal que al final del repertorio, aclaraba que mi desayuno podía contener derivados del maíz. Por si acaso el consumidor no se asustaba con la cantidad de números que aparecían en los ingredientes como consecuencia de los emulsionantes, potenciadores, conservantes o colorantes; gracias a la "siniestra" advertencia sobre el maíz, el cliente todavía podía renunciar a meterse semejante manjar en la boca.

Pues si por los componentes que aparecían en la etiqueta nadie ha intuido que narices es lo que he desayunado esta mañana, tengo que decir que además de los ingredientes reseñados, el producto en cuestión tenía un 20% de fiambre de magro de cerdo y un 13,3% de crema de queso.

Por la forma rectangular, y antes de leer de qué estaban hechas, estaba convencido de que me estaba comiendo dos napolitanas de jamón y queso. Después de saber de que están compuestas no sé lo que me metido para el cuerpo, ni tampoco porque he renunciado a un par de grasientos donuts de chocolate.