"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

jueves, 12 de agosto de 2010

ALGUNOS LAZOS INVISIBLES

Por razones que me resisto comentar en un lugar público como es este blog, por el que me encantaría que pasara cualquiera, no puedo escribir las causas por las cuales he estado 24 años lejos de una parte de mi familia que no merecía mi silencio. Hoy he vuelto de Mallorca y una de las cosas que más me ha hecho reflexionar del viaje es el vínculo afectivo que existe con una gente a la que prácticamente conocía.

Es curioso como basta saber que él es el hermano de mi madre o que ella es su mujer o su hija para tener necesidad de saber de quien tienes enfrente. Es cierto que hay personas con las que conectas y personas que simplemente pasan sin pena ni gloria, pero el saber que es parte de tu vida –aunque hayas estado lejos de esa parte– es suficiente para que tengas necesidad de poner una mano sobre su hombro y de sentirla, si cabe, más cerca.

No puedo correr más que el tiempo, no puedo pretender corregir en una semana un camino errático que he seguido durante toda mi vida por culpa de aquél que habla sin conocer. Sin embargo, si que puedo preocuparme, porque me apetece, de personas a las que he tenido en una nevera particular pero que, sin duda, no han caducado. Lo demuestra el hecho de que me basta con sólo ver sus ojos para que a mis labios aflore una sonrisa.

Siete días no sirven para unir a alguien si no tenías ningún nexo, sin embargo, esta semana si que me ha servido para darme cuenta de que existía una relación invisible entre ellos y yo. Me quedo con una frase que dijo mi prima Vicky, en broma, antes de subirse en una atracción de un parque acuático que hay en Mallorca, “si me pasa algo que sepáis que os quiero”. Yo también, Vicky, yo también.