"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

jueves, 16 de junio de 2011

LOS TAPADOS


Ayer estuve más de media hora buscando el eclipse lunar. Entre la casualidad y el deseo de ver ese fenómeno curioso que se repite cada bastante tiempo. Casualidad porque salía de clase de inglés a la hora precisa y ya que volvía a casa dando un paseo decidí que tras cada esquina se debía encontrar la ocultación de la Luna. Algo que por supuesto no ocurrió.

Sin embargo no era el único. Por la calle vi a la gente estirando el cuello una barbaridad para acercar sus ojos al cielo. Nadie la encontraba. La luna había decido eclipsarse de verdad. Pero yo no me iba a quedar sin verlo y está claro que en la vida hace falta obstinación y empeño para lograr las cosas, aunque sea para algo tan anecdótico como ver un maldito eclipse que huye de los ojos de las personas.

Cogí dos latas de pescado en conservas, un frasco de judías verdes y una botella de agua y me marché a las 10.45 de la noche al Retiro, corriendo, por supuesto. Y allí, después de sufrir una alucinación en la calle Alcalá con forma de punto rojo al que le hice unas cuantas fotos, me encontré de cara, dentro del parque, con un eclipse como el que salvó la vida a Tintín en El Templo del Sol, aunque en su caso el astro eclipsado era el que nos ilumina todas las mañanas.

Me senté solo en uno de los restos de la Feria del Libro y de cara al eclipse me puse a cenar. De vuelta a casa me di cuenta de que es curioso que pocas veces prestemos atención a la luna y que lo hagamos justo cuando el sol se empeña en ocultarla. Y es que a veces los tapados, a los que alguien les quiere robar el protagonismo, consiguen ser el centro de atención aunque no lo pretendan. Sólo necesitan brillar a diario para que se les eche en falta cuando no están.