"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

miércoles, 17 de febrero de 2010

SAN SEBASTIÁN, TIERRA DE MATICES


A veces no hay que cerrar los ojos para dejarse llevar a un sitio en el que estuviste a gusto o que simplemente te deslumbró., San Sebastián es de los lugares a los que tenía ganas de ir, así que no busquéis objetividad. Reconozco que soy tan amante del norte como del sur y que el levante –salvando muy pocos lugares- es donde más pereza me da ir –aunque, como siempre, no es el dónde sino el con quién. El norte español destaca por su paisaje y por la naturaleza que sobrevive en algunas zonas donde el verde aún se hace notar, a la vez que tropiezas con el mar casi sin darte cuenta.

San Sebastián es una tierra de contrastes y, aún más, de matices. La gente es muy amable –de hecho, es extremadamente cercana- y, a veces, me daba la impresión de que no cortan la conversación por temor a ser tenidos por antipáticos, así que mantenían la compostura y te seguían escuchando. Por eso, en ocasiones, me echaba para un lado e intentaba dar por zanjado el coloquio para que no fueran ellos los que tuvieran que tomar la iniciativa. En el otro lado de la balanza, en la misma ciudad, puedes encontrar personajes bastante oscuros y maleducados, pero esos, sinceramente, son los menos.

Eso me recuerda la conversación que tuve con Mikel y Agustín en un bar de ‘pintxos’ de la capital guipuzcoana. Agustín me comentaba –no sin ocultar la amargura- que alguna vez en Madrid lo había pasado mal por llevar matrícula de San Sebastián. En ciertas ocasiones, varios personajes le habían insultado por ser vasco. Por supuesto, yo le pedí disculpas en nombre de los madrileños que no confundimos el País Vasco con ciertos asesinos y le rogué que no pensará que todos los que somos ‘del foro’ somos iguales.

Mikel trabaja en un bar de pintxos, “como los de antes”, “ahora se han vuelto muy pijos, vas con tu plato dices los que quieres y te los cobran, a mi me gusta como antiguamente vas cogiendo los pintxos, de uno en uno, te los comes y luego me dices cuantos te has comido”, comenta confiado este camarero de una taberna situada en la zona vieja de San Sebastián. Me gustó seguir su ritual y para no equivocarme con la cuenta iba juntando ‘amarracos’ con cachos de palillo.

San Sebastián es de los sitios en los que parece que nunca va a dejar de llover, curiosamente es de esos emplazamientos en los que el agua parece que no moja o que por lo menos no molesta tanto cuando el aire está en calma. Por el contrario cuando sopla el viento el clima se torna algo desagradable. Sin embargo, pese al clima, es una de las ciudades de España –igual que en todo el País Vasco- donde hay más afición por el ciclismo; el carril bici se mezcla con las televisiones del interior de los autobuses donde se facilita información acerca de ciclistas profesionales.

Otro de los deportes que se siguen casi con fervor es la pelota vasca. En otra cena en la que me metí en un bar alejado del centro estaban retransmitiendo un partido de esta modalidad del frontón. Juegan dos contra dos, por equipos, uno de cada escuadra más cerca y otro más lejos de la pared, y hay que rebotar la pelota en el muro sin que bote más de una vez. Me sorprendió que, al rato, entró un cliente al bar y comentó la partida con el camarero, ambos se sabían los nombres de los pelotaris e incluso la edad.

Sin embargo, San Sebastián no es un sitio donde haya dificultades con el idioma, te saludan en castellano, te hablan en el mismo idioma y sólo se despiden con un ‘agur’ con forma de guiño que, en ningún momento, puede parecer ofensivo. Es curioso como en un autobús se oyen muy pocas voces en euskera y muchas en castellano.

Una de las cosas que más me gusta de la capital de Guipúzcoa es la mezcla de naturaleza con comodidad. San Sebastián puede ser una suma de Santander –mar y montaña- y Alicante –casas al lado del mar-. Una mezcla de matices, un conjunto de monte y cultura del siglo XXI que, para mi gusto, no desentona. Chillida, el Peine del Viento y el Palacio de Congresos Kursaal con el verde de la naturaleza y el relieve de San Sebastián. Pero si hay algo que está por encima de eso, es que todavía no ha llegado el Corte Inglés, pero, sin embargo, no te faltan sitios para comprar.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado leerte mano. X cierto lo de Granada no te dije xq no podías salir por la mañana pero ya haremos otra escpada a San Sebastián x ejemplo no? jejje
    Me encantaría conocerlo me han hablado tan bien de ese lugar. Los madrileños también hablamos bien de nuestros vecinos. Pabletedenia

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  2. el pais vasco es una tierra encantadora,y la mayoria de sus gentes tambien.
    la gente que dices que confunde a todos los vascos con cierta gentuza suele ser gentuza que nunca conocio a un vasco,ni piso esa tierra.solo conoce lo que sale por la tele en caso de atentado o similares..y hablan por boca de ganso..en fin,ellos se lo pierden..gora euskadi!! fdo jack "el provocador"

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