"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

martes, 19 de enero de 2010

DONDE LA VIDA Y LA MUERTE NO VALEN NADA


En estos días en los que los muertos de Haití ocupan la primera plana de todos los periódicos que no se atrevieron a sacar a los muertos del 11-S, me aterra pensar en una idea que defiende una amiga ucraniana: “la muerte violenta también es natural”. Y cuando habla de “la muerte violenta” se refiere a los asesinatos a sangre fría (o a sangre caliente, es igual).

Ella dice que el planeta tiene exceso de pasajeros y que de alguna forma se tiene que expulsar a alguno de los que viajamos a bordo. “Es normal, somos más de seis millones y alguno sobra”. Me aterra pensar que esta idea salga de los labios de una chica de poco más de 20 años y más –insisto- en estos días en los que los muertos se empiezan a contar por decenas de miles al otro lado del Atlántico.

No quiero ser determinista y decir que cuando hay exceso de población la Tierra se la sacude con terremotos o tsunamis, pero si que es cierto que en una vida en la que morir es fácil (por la cantidad de enfermedades que nos rodean, por la mala suerte y por los movimientos sísmicos), que los hombres nos matemos entre nosotros es todavía más doloroso. El asesinato no debe ser asumido jamás como algo natural, ni siquiera la violencia. Ninguno de estos actos se puede escudar en la frase cobarde: “somos animales”. Porque además de animales somos racionales.

En una escena del Tercer Hombre, Orson Welles dibuja la imagen más aterradora del hombre. Un individuo, subido a lo alto de una montaña rusa, le comenta a otro que si por cada punto que se dejara de mover le dieran cierta cantidad de dinero, cuántos puntos le gustaría que se parasen. Los puntos eran seres humanos que se veían desde lo alto del carrusel.

Sin embargo, de la anécdota hay que sacar algo menos concreto y es que en algunos lugares la vida no vale nada. En muchos sitios del planeta la muerte a tiros se interpreta como algo natural. “Murió de un ataque de plomo”, comentan y casi nadie lo llora porque lo ven como algo cotidiano. No quiero señalar con el dedo, pero uno de los sitios en los que los asesinatos están a la orden del día es en Ucrania, quizás por eso mi amiga lo ve como algo natural. Es en este momento cuando tenemos que abandonar el relativismo y hacer ver que cualquier fallecimiento es doloroso, pero si además no es fortuito, es como si nos mataran a una parte de nosotros mismos. Si nos quedásemos solos, ¿de que valdría el dinero?

1 comentario:

  1. en algunos sitios la vida vale muy poco...mira colombia donde se matan por un kilo de coca..aun asi toda perdida de un ser humano es dolorosa y debemos evitarla.
    ni siquiera los animales matan porque si,lo hacen solo para comer o defender a sus crias o su territorio.
    fdo GALLAGHER

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