"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

sábado, 11 de septiembre de 2010

RAMONA


Durante mucho tiempo prometí presentarla en sociedad y ahora creo que ha llegado el momento. El sábado pasado daba una vuelta por El Retiro con mi madre, y bromeando con ella le decía: “llevó más de año y medio con Ramona y todavía no me he metido en la cama con ella...” Y la señora Carmen me seguía la chanza y me contestaba, “hijo ¿te vas a acostar con una bicicleta? Pero si tiene que ser muy dura...

Y no le falta razón. Porque a pesar de llamarse Ramona, tiene menos carnes que una bicicleta. Quiero decir que una bici normal. Y qué es una bicicleta normal. Me refiero a que la mía es de carretera y que además tiene las ruedas tres milímetros más delgadas que una de carretera tamaño estándard.

El caso es que mi relación con Ramona es muy estrecha, de jinete a caballo de acero. Ella me conoce a mi y yo a ella. Sé sus virtudes y sus achaques de bicicleta vieja que algún día fue un modelo envidiado. Ella es marca Zeus, más amarilla que azul, con algún ribete de color plata. El manillar tiene forma de cuerno de cabra rodeada de una cinta de tonalidad cielo despejado. Sólo lleva un estribo en el pedal derecho porque su dueño quiere tener el pie izquierdo libre ya que, a veces, hay que ponerlo rápido en el suelo.

Es muy bonita y por eso cuando me meto en el metro con ella, todo el mundo (sobre todo la gente mayor de 50, supongo que les recordará a su juventud, cuando lo normal era que la bicicleta tuviera el cambio en el cuadro y no en el manillar) se la queda mirando de arriba a bajo. No la desnudan con la mirada porque nunca la llevo abrigada. Aguanta el frío y el calor y nunca se queja. Eso sí, los días de lluvia dice que hasta que no rasquen la pintura blanca del suelo ella se queda en casa que si no se resbala.

El otro día leí que está demostrado de manera científica que las vacas que tienen nombre se sienten más queridas y producen más leche. Desconozco si esto será lo que hace que Ramona, a pesar de la tira de años que tiene y que Madrid está lleno de baches, siga rindiendo y llevé un año y ocho meses llevándome en sus lomos a todas partes.

Quizás lo más hermoso de Ramona sea como la conocí. Antes tenía una bicicleta que se llamaba Morita, a pesar de estar bien amarrada, un domingo por la noche unos delincuentes se la llevaron y no volví a verla. Ramón, un compañero de trabajo de mi hermana Marta, se enteró de que me habían robado la bicicleta y como tiene la espalda fastidiada, y no puede volver a utilizarla, me la regaló. De ahí que Ramona se llamé Ramona.

2 comentarios:

  1. tio me encantó tu artículo sobre Ramona. Yo también pongo nombres a las cosas, aunque no por historias como la tuya. Mi primer coche se llama Alfonso, el nuevo es Saray. Yo ya estoy trabajando en un nuevo artículo! Un gran abrazo!
    FDO: Dieguito Ochoa (Cígala)

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  2. yo tengo el orgullo de conocer a ramona y morita..ramona es mas fina y estilizada y morita era una gran todo terreno! jeje un abrazo GALLAGHER

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