ESTE EQUIPO NECESITA MÁS CAMBIOS Y UN PSICÓLOGO

¿Cómo se puede empezar un partido ordenados, con un gol a favor, gozando de alguna buena oportunidad, y que del minuto 10 al 20 te metan cinco goles? Esto es lo que le ocurrió al Parásitos el domingo, que empezó el encuentro muy bien, ganando 1-0 y que a raíz del empate del Cero Coma fue como si le hubieran desenchufado y se hubiera quedado sin alma.

El problema no es que te empaten el partido a los dos minutos de haberte adelantado, sino que la gente se esconda, no quiera tener el balón y no meta el pie a raíz del 1-1. Es inexplicable. Ni siquiera se puede comprender si se pone como excusa que sólo había un cambio y que el equipo verde llegó al ecuador de la primera parte sin fondo.

Este equipo necesita un psicólogo, alguien que le explique que si vas perdiendo 3-1 puedes remontar, pero que si dejas que el rival te meta ocho goles es cuando el partido ya no tiene solución y además produce un pensamiento parecido a la vergüenza a los jugadores a los que les gusta luchar y que creen que hay que pelear hasta el final del partido por honor.

También habría que añadir que el árbitro no ayudó ya que antes de que el Cero Coma marcara el primer gol la pelota se había salido claramente y que en todas las acciones en las que había un mínimo de duda pitó en contra del Parásitos. Además, el trencilla hizo oídos sordos cuando en toda la primera parte cada vez que Pablo hacía un regate en el medio campo alguien del equipo rival gritaba “suéltale” para que le cazaran y no progresará con el balón.

Más allá de lo reseñado en el anterior párrafo y de la necesidad de que el Parásitos pueda contar con algún cambio para refrescar al equipo, el principal problema que tiene es de actitud. Para perder 8-2 hacen falta que se den muchos factores y uno de ellos es la falta de carácter, sobre todo de los que van de estrellas y que cuando pierden el balón no intentan recuperarlo. El próximo partido, que será el 7 de noviembre a la 1 de la tarde, seguro que se da mejor.