"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

domingo, 11 de octubre de 2009

BOCADILLOS DE VIENTO


Dicen que el hombre es el único animal que cae dos veces en el mismo charco. Lo que me ha pasado esta mañana se circunscribe en esta actitud errática del hombre pero con un agravante añadido. Yo tropiezo con una piedra, escribo, y a la semana siguiente vuelvo a tropezar con la misma piedra y lo vuelvo a escribir.

Misma situación que hace una semana. Misma tienda de ‘descuento duro”, que no mencionaré, búsqueda de un desayuno. Para beber unos zumos de melocotón con albaricoque, de comer busco en la misma estantería que la semana pasada pero lo único que miro es que los ingredientes no tengan muchos números.

Lo encuentro. Los componentes de mi desayuno no tienen ni un maldito conservante, colorante, emulsionante o anabolizante. De hecho me felicito por mi trabajo porque no hay ni una sola bandeja con napolitanas “de jamón y queso”.

El desayuno elegido tiene buena pinta. Seis “bocadillos de atún, huevo cocido y aceitunas”. Una forma de empezar el día sana y como diría el último superviviente “con muchas proteínas”. Muerdo la primera ‘minipulguita’. Pura masa, casi no hay nada dentro. ¡Menudo mazacote! Más que unos zumos me tenía que haber traído el botijo del tío Asterio.

Entonces, me acuerdo de un cócktel, después de una rueda de prensa. En una bandeja había unos buñuelos con muy buena pinta. Cuando le pregunté a una mujer que los había probado de qué estaban rellenos me respondió: “de viento”. Me llevé uno a la boca y protesté: “pero si están vacíos” y ella me contesta: “claro, te he dicho que estaban rellenos de viento”.

Ahí es cuando, con cierta esperanza, miro la etiqueta pensando que en vez de bocadillos de atún, huevo cocido y aceituna, puede que sean ‘de viento’. Sin embargo, la clave, como casi siempre, estaba en los ingredientes: Masa (...), relleno: cebolla, pimiento, atún (3,7%) -¡qué de atún!-, huevo cocido (2,1%) –pues si que tiene huevos la cosa-, aceituna (1,4%) –no me extraña que el aceite sea tan caro, si todas las olivas las dedican a hacer bocadillos...

Como sigan así las cosas, un Día de estos voy a tener que desvelar el nombre del supermercado.

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