"Si no podemos vivir juntos, moriremos solos"
Jack Shephard (Lost)

viernes, 13 de noviembre de 2009

OBSESIONADOS POR EL GIMNASIO


Este artículo que voy a escribir no intenta englobar el comportamiento de todas las personas que van a los gimnasios, ni siquiera a la mayoría (entre la que me incluyo), pero refleja varios hábitos de algunos personajes que acuden a las salas de musculación. Redacto este texto después de tener una discusión con un chaval bastante majo, pero que hoy me ha dado la impresión de que tenía un problema al que llaman vigorexia.

En el gimnasio suele haber dos tipos de personas: el ‘tirillas’ o el que está muy ‘mazado’, lo que hace ver que los cambios en los cuerpos no se producen de forma natural y progresiva. El debate de hoy lo he tenido con uno de los ‘mazados’. El chaval en cuestión se ha levantado la camiseta (cuadradísimo, súper definido, rozando el exceso de músculo pero todavía en la frontera de lo natural. Para que se hagan una imagen lo más parecido a Lobezno que he visto sin ser Hugh Jackman) y ha comentado que se veía más delgado y que tenía que seguir la dieta a rajatabla.

La dieta a la que se refería mi compañero de pesas es una de la que es esclavo para coger aún más músculo, por lo que le he espetado que me daba la impresión de que en vez de ir al gimnasio para vivir mejor, el vivía para ir al gimnasio. A lo que me ha respondido que yo llevaba poco tiempo yendo a entrenar (ocho meses) y que cuando pasara un tiempo querría más, que ya lo vería.

Esta conversación, que parece no tener importancia, es una más de las que se tiene habitualmente en un centro de musculación. Generalmente van acompañadas del tipo de proteínas que consumes (en mi caso, la de los alimentos) o el tipo de medicación que sigues para ponerte como un gorila (en mi caso, ninguna).

Sin ir más lejos, hace unos quince días, un chaval que no levanta un exceso de peso y que llevaba dos semanas yendo a entrenar me dijo que estaba tomando proteínas, queratina, óxido de no sé qué para dilatar las venas y unas cuantas cosas más, que no quise ni escuchar. Lo cierto, es que me da la impresión de que en un mes ha logrado lo que yo en ocho. La diferencia es meramente de salubridad, pero no de estética.

Precisamente hoy, un compañero del gimnasio comentaba de otro que si le sacudías la cartera a uno de los chicos que va por allí a hacer pesas sonaba como la botica de Santa Teresa de Calcuta, por la cantidad de tipos de pastillas que llevaba el individuo en el petate. Curiosamente el chaval de la ‘mochila-botica’ me dijo hace unas semanas que iba a entrenar con Carlos, al que tuvo la consideración de llamarle “farmacia ambulante” por la cantidad de sustancias que se había metido.

Sin ánimo de dar ningún tipo de lección, el gimnasio debe ser un lugar al que acudimos para mejorar nuestra fortaleza pero también nuestra salud (la física y la psicológica). Al final, el deporte es una metáfora más de la vida, si subes muy rápido -si en un mes consigues sin esfuerzo lo que otro consigue en ocho- es muy probable que igual que has subido vuelvas a bajar. Como dice Fito, “mentes enfermas en cuerpos muy sanos”. Y a veces ni eso.

6 comentarios:

  1. Ole ese deportista de moda...sano como una manzana.
    Llevas razón, yo creo que cuando se llega a esos extremos, es por que hay un cortocircuito en las neuronas y la pelota no funciona bien.

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  2. creo que estas muy acertado! yo tampoco creo que es lo mejor...trabajar lo cuerpo en 1 mes para parecer de 1 año... las personas solo pensam en la apariencia y poco en la consistencia. Buena musculación para ti (?tirillas?)

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  3. Clase media (1.88 m 86 kg), Nea. No tomo nada artificial y crezco poco a poco. Es el estilo de vida que defiendo.

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  4. Como pescadilla en el agua16 de noviembre de 2009, 13:46

    CUERPAZO!!!! FIUU, FIUU

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  5. Una vez mas,hay gentecilla(lo digo por el cociente intelectual)que se empeña en ponernos a la altura de los animales.
    Vereis,señores "mazados"os explicare algo:
    lo que nos diferencia de las bestias es el desarrollo de un organo que no esta formado por fibras musculares,sino por neuronas,algo de lo que muchos de vosotros careceis.
    Por mucho que os desilusione,el exceso de entrenamiento no suple la falta de inteligencia y,a vuestro pesar,nunca podreis tener la fuerza de un gorila o un elefante.Asi que un consejo final:apuntaros a clases de guitarra,aprended a jugar al ajedrez,leer buenos libros y quizas consigais diferenciaros del resto de los primates no humanos.Fdo "el Risto de cuatro caminos"

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  6. Pablo en este artículo reflejas a la perfección la filosofí que, no sólo impera en los gimnasios sino desgraciadamente en la sociedad en general. El gimnasio suele ser un rincón donde esta gente enferma se da reunión día a día como terapia para superar muchas lagunas y carencias que afectan su vida. Te lo digo por experiencia y bien tu lo sabes. ¿Quién no se ha obsesionado alguna vez en su físico?. Todos somos victimas de eso. Confieso que yo también he sido testigo de conversaciones que asustan y te hacen replantearte las cosa. Muy bUEN ARTÍCLULO pablo.
    FIRMADO: PABLETE , MANO

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